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Este trabajo responde a una investigación descriptiva, con el objetivo de analizar las competencias de dirección que deben caracterizar al director del siglo XXI, partiendo de los conocimientos y consideraciones que se manejan en la bibliografía especializada sobre dirección de los sistemas educativos. La estrategia metodológica se fundamenta en el método hermenéutico. Entre los principales hallazgos encontramos que las competencias del directivo educacional son definidas como los saberes y capacidades direccionados a la consecución del mejoramiento de los procesos que se llevan a cabo en las instituciones educativas, pedagógicos, académicos, administrativos y comunitarios. Los que se agrupan en cuatro grandes categorías: la gestión académica, la gestión directiva, la gestión administrativa y financiera, y la gestión comunitaria. La dirección educacional en los países de Latinoamérica demanda un director con liderazgo transformacional manifiesto a través de las dimensiones pedagógica, instructiva o para el aprendizaje; distribuida, participativa o colegiada y contextualizada o social que contribuya al desarrollo local. |
