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Resumen: La resistencia a antibióticos supone una amenaza para la salud pública a nivel mundial. Su estrecha relación con el consumo de antibióticos hace necesaria la adopción de medidas para optimizar su uso. Los programas de optimización del uso de antibióticos (PROA) se diseñan para mejorar los resultados clínicos de los pacientes con infecciones, minimizar los efectos adversos asociados a su uso y garantizar la administración de tratamientos costo-eficientes. En la práctica clínica pediátrica el uso inadecuado de antibióticos es una realidad. Es por ello que los PROA deben incluir objetivos y estrategias específicos dirigidos a familias y pediatras. La implementación de estos programas requiere la implicación de instituciones, profesionales y población, adaptándolos a las características de cada ámbito asistencial. La atención primaria (AP) pediátrica presenta unas peculiaridades organizativas y asistenciales (hiperdemanda e inmediatez, escasos recursos profesionales especializados, dificultades en el acceso a la formación continuada y a la retroalimentación informativa) que exigen el diseño de medidas y estrategias propias para conseguir los objetivos fijados, que incluyan medidas estructurales, organizativas, de flujo de información y de formación continuada. Es necesario que estos programas alcancen a todos los profesionales, abordando la formación continuada, las herramientas de apoyo a la prescripción y el acceso a pruebas diagnósticas, con la adecuada coordinación interniveles. Se debe evaluar periódicamente el impacto de las distintas acciones en los objetivos planteados. La información generada debe revertir a los profesionales para que puedan adaptar su práctica clínica a la consecución óptima de los objetivos. Abstract: Antibiotic resistance is a major threat to global health. Optimizing the use of antibiotics is a key measure to prevent and control this problem. Antimicrobial Stewardship Programs (ASPs) are designed to improve clinical outcomes, minimize adverse effects and protect patients, and to ensure the administration of cost-effective treatments. Inappropriate use of antibiotics also occurs in pediatric clinical practice. For this reason, ASPs should include specific objectives and strategies aimed at pediatricians and families. Implementing these programs requires the involvement of institutions and policy makers, healthcare providers as well as individuals, adapting them to the characteristics of each healthcare setting. Pediatric primary care (PPC) faces specific issues such as high demand and immediacy, scarce specialized professional resources, difficulties to access regular training and to obtain feedback. This requires the design of specific policies and strategies to achieve the objectives, including structural and organizational measures, improvement of the information flow and accessibility to frequent trainings. These programs should reach all health professionals, promoting regular trainings, prescription support tools and supplying diagnostic tests, with adequate coordination between health care levels. Periodic evaluations and surveillance tools are useful to assess the impact of the actions taken and to provide feedback to health providers in order to adapt and improve their clinical practice to meet ASPs objectives. |