Resultados del soporte nutricional en una UCI polivalente Nutritional support outcomes in critical care

Autor: C. Serón Arbeloa, M. Zamora Elson, L. Labarta Monzón, I. Garrido Ramírez de Arellano, A. Lander Azcona, M.ª I. Marquina Lacueva, J. C. López Claver, J. Escos Orta
Jazyk: English<br />Spanish; Castilian
Rok vydání: 2011
Předmět:
Zdroj: Nutrición Hospitalaria, Vol 26, Iss 6, Pp 1469-1477 (2011)
Druh dokumentu: article
ISSN: 0212-1611
Popis: Objetivos: Revisar el efecto de nuestras practicas habituales de soporte nutricional en pacientes críticos y establecer nuevas hipótesis de trabajo. Métodos: Estudio retrospectivo observacional sobre pacientes críticos sometidos a nutrición artificial en el período de un año. Se describe el protocolo de soporte nutricional y se estudian las siguientes variables: APACHE II, retraso en el inicio del soporte nutricional, la vía de administración, el aporte calórico durante la primera semana de soporte nutricional, tipo de paciente, estancia en la unidad, incidencia de infección nosocomial, presencia de complicaciones gastrointestinales y mortalidad. Se estudian los resultados obtenidos y las posibles relaciones entre el tiempo de inicio, la vía de administración y el aporte calórico con los resultados: mortalidad, infección nosocomial, duración de la ventilación mecánica y estancia en la Unidad. Resultados: 102 pacientes que recibieron soporte nutricional fueron seleccionados para el estudio. Estos pacientes mostraron una mayor gravedad, mortalidad y complicaciones infecciosas que los pacientes críticos no sometidos a soporte nutricional. La nutrición enteral fue utilizada en el 41% de los casos, la parenteral en el 40% y la nutrición combinada en el 19%. El soporte nutricional se inició a los 3,1 ± 1,9 días de media, existiendo diferencias entre los pacientes que sobrevivieron y los que no (2,82 ± 1.65 vs 3,74 ± 2,33 días). Los pacientes recibieron el 58 ± 28% de sus requerimientos durante la primera semana de soporte nutricional y no se encontró relación del aporte calórico con la mortalidad, aunque sí con la incidencia de infección nosocomial. Hubo diferencias entre la vía de administración y los siguientes datos: tipo de paciente, aporte calórico, la estancia en UCI y la duración de la ventilación mecánica. Conclusiones: El conjunto de pacientes sometido a soporte nutricional, son pacientes más graves y con peores resultados que los pacientes sin indicación de soporte nutricional. En nuestro estudio el inicio precoz del soporte nutricional, se asoció con una menor mortalidad, aunque no con una menor incidencia de complicaciones infecciosas. El aporte calórico fue bajo, especialmente en pacientes con nutrición enteral, aunque no se relacionó con la mortalidad. Obtuvimos unos mejores resultados clínicos con nutrición parenteral que con la enteral o la parenteral suplementaria. La nueva hipótesis que planteamos es si un aporte calórico moderado y precoz podría asociarse a mejores resultados clínicos, independientemente de la ruta de administración del soporte nutricional.Background & aims: To revise the effect of our nutritional support practices on outcomes from critical care patients and propose new study hypothesis. Methods: Retrospective observational study was conducted in all critically ill patients who had been prescribed nutritional support, through a year time, in an Intensive Care Unit. The nutritional support practices are described. Severity of illness (Simplified Acute Physiology Score II), timing and route of nutritional support, prescribed and delivered daily caloric intake for a maximum of 7 days, medical or surgical patient, length of stay in ICU, incidence rate and incidence density of nosocomial infections, and presence of gastrointestinal complications were recorded. Relationships between timing and route of nutritional support and percentage of received/ prescribed calories with mortality, nosocomial infections, days of mechanical ventilation and length of stay in the Intensive Care Unit were studied. Results: 102 patients of our intensive care patients received nutritional support and were selected for the study. EN was used in 42 patients (41%), 41 (40%) received TPN and 19 patients (19%) received mixed nutrition. Timing of nutritional support showed a mean of 3.1 ± 1.9 days and was statistically different between patients who survived or died (2.82 ± 1.65 vs. 3.74 ± 2.33 days). Patients received 58 ± 28% of their requirements but this data did not show any difference with mortality and morbidity. There was a statistical difference between the route of nutrition and the following data: type of patient, caloric intake in the study period, length of stay in ICU and days of mechanical ventilation. Conclusions: Our study demonstrates that nutritional support patients are more severely ill than nonnutritional support patients. Timing of nutritional support was shorter in survivors. Our study confirms a low caloric input in the critically ill patient during the first week of illness, especially in the enteral nutrition group. However this finding was not associated with mortality or morbidity. Parenteral route did show better clinical outcomes than enteral or mixed nutrition. Our findings suggest that a moderate and early caloric intake could obtain better outcomes, independently of the route of nutritional support.
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