Tensión Entre la Calidad y la Equidad, la Calidad y la Eficiencia.

Autor: Gustavo Malagón Londoño
Jazyk: Spanish; Castilian
Rok vydání: 2004
Předmět:
Zdroj: Medicina, Vol 26, Iss 4, Pp 218-224 (2004)
Druh dokumentu: article
ISSN: 0120-5498
2389-8356
Popis: Si calidad significa el conjunto de características o circunstancias que un usuario requiere para satisfacer sus necesidades, o el máximo de esfuerzos para satisfacer las necesidades del usuario o los mejores servicios con la mas esmerada tecnología para la óptima satisfacción del usuario, se está mencionando que la meta de la calidad es la satisfacción del usuario; en el caso de la salud, del paciente o cliente externo, como quiera llamársele. A la vez eficiencia representa la mejor alternativa para satisfacción del usuario, sin importar el costo. Los dos paradigmas apuntan a suministrar lo mejor para la mayor satisfacción del usuario; en la calidad se utilizan las mejores circunstancias o características de todo orden para satisfacer las necesidades del usuario y al no mencionarse el costo, podría decirse hablando de los servicios de salud, que aquellas circunstancias o características empleadas estarían supeditadas a los recursos existentes. El recurso existente o disponible limita la eficiencia, mas no siempre la calidad, toda vez que esta puede obtenerse con lo que existe o se dispone siempre y cuando rijan los factores de cuidadoso esmero, adecuados recursos humanos y materiales y empleo de la mejor tecnología. Si se aplican la calidad o la eficiencia por igual a ricos y pobres, a asegurados en régimen contributivo y a quienes pertenecen a régimen subsidiado, se está hablando de aplicar la equidad. En otra forma la calidad o la eficiencia, logradas a merced de una elevada gerencia y dentro de requerimientos de aseguramiento y control podrían estar mas bien al servicio de la inequidad o de la injusticia social. Sería ideal decir que existe un paralelismo entre calidad y equidad, entre calidad y eficiencia, o mejor poder asegurar que donde hay calidad hay equidad y hay eficiencia. Desde la Primera Cumbre de las Américas celebrada en 1.994, el mejoramiento de la calidad de los servicios básicos de salud, la búsqueda de la equidad y la eficiencia han sido los principios rectores de las reformas del sector salud; se trabaja desde entonces en procura de todas las acciones posibles que garanticen el cumplimiento de esos factores, considerados básicos para alcanzar la realización de una verdadera justicia social. Cuando las autoridades de la salud propusieron la calidad y la equidad como paradigmas de los programas de seguridad social en salud, sin duda pensaban con el deseo, pero estaban lejos de la realidad futura al menos al mediano y corto plazo. Así se viene poniendo en evidencia que frente a los grandes esfuerzos de las autoridades de la salud para alcanzar la calidad, hay bondadosos resultados, a la vez que se aprecia que en lo que respecta a la equidad han sido vanos o poco fructíferos los esfuerzos, para decir lo menos por las notables distancias, cada vez mayores entre ricos y pobres y por el considerable aumento de estos últimos al punto que sin eufemismos se acepta que esta población representa mas de la mitad de la población mundial. Se ha fijado como punto de referencia que la atención de salud del pobre es costosa desde todo punto de vista y ante la necesidad que tienen las instituciones de autofinanciarse dentro del marco de nuevo esquema de seguridad social vigente en casi todos los países, es no solo impráctico sino inconveniente abrir con mucha amplitud laspuertas a esa población, mientras puede captarse la de mayores recursos generalmente perteneciente a régimen contributivo que en el peor de los casos sufraga los costos de la atención. Lo cierto es, que en la práctica el régimen contributivo y el sector de la medicina prepagada recibe atención de primera o segunda clase y del régimen subsidiado hacia abajo lo normal es que se les suministren servicios de tercera; esto desde luego va en contravía con el espíritu de la Organización Mundial de la Salud y con lo que se han comprometido hacer cumplir todos los gobiernos: no otra cosa que asegurar la equidad en el completo sentido de la acepción. Sin duda que en la actualidad la organización para la prestación de los servicios es más estricta, que la infraestructura de las instituciones es más cabal, que se dispone de mejores equipos y más depurada tecnología, que los recursos humanos son más calificados cada día, que hay son más accesibles los servicios y menos difícil la aplicación de los más recientes avances técnico-científicos; no hay dudas de que se ha avanzado extraordinariamente en esos campos, pero de otro lado la población pobre con posibilidades de recibir una atención ajustada a tan excelentes condiciones, es cada vez menor, casi pudiera decirse que pertenece a un estrato con limitados derechos y para el que es esquiva la calidad en la atención, por lo mismo que no puede sufragar costos de reposición por los servicios recibidos y deja por tanto de ser atractiva para la institución de salud. A través de las varias interpretaciones que se dan a la calidad, día a día se va definiendo su verdadero sentido; igual sucede con la equidad. Es oportuna la disquisición respecto al significado de los términos empleados en relación con el tema: Equidad: igualdad de oportunidades. Calidad: conjunto de circunstancias o característica de un producto o servicio que un usuario requiere para satisfacer sus necesidades. Eficacia y efectividad: logro de los objetivos al más bajo costo. Eficiencia: logro de los objetivos mediante la elección de la mejor alternativa sin tomar en cuenta el costo...
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