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Plants contain numerous polyphenols, which have been shown to reduce inflammation and hereby to increase resistance to disease. Examples of such polyphenols are isothiocyanates in cabbage and broccoli, epigallocatechin in green tee, capsaicin in chili peppers, chalones, rutin and naringenin in apples, resveratrol in red wine and fresh peanuts and curcumin/curcuminoids in turmeric. Most diseases are maintained by a sustained discreet but obvious increased systemic inflammation. Many studies suggest that the effect of treatment can be improved by a combination of restriction in intake of proinflammatory molecules such as advanced glycation end products (AGE), advanced lipoperoxidation end products (ALE), and rich supply of antiinflammatory molecules such as plant polyphenols. To the polyphenols with a bulk of experimental documentation belong the curcuminoid family and especially its main ingredient, curcumin. This review summarizes the present knowledge about these turmericderived ingredients, which have proven to be strong antioxidants and inhibitors of cyclooxigenase-2 (COX-2), lipoxygenase (LOX) and nuclear factor κ B (NF-κB) but also AGE. A plethora of clinical effects are reported in various experimental diseases, but clinical studies in humans are few. It is suggested that supply of polyphenols and particularly curcuminoids might be value as complement to pharmaceutical treatment, but also prebiotic treatment, in conditions proven to be rather therapy-resistant such as Crohn's, long-stayed patients in intensive care units, but also in conditions such as cancer, liver cirrhosis, chronic renal disease, chronic obstructive lung disease, diabetes and Alzheimer's disease.Las plantas contienen un gran número de sustancias de naturaleza polifenólica con capacidad para reducir los procesos inflamatorios y, por lo tanto, incrementar la resistencia a determinadas enfermedades. Ejemplos de algunos polifenoles son los isotiocianatos presentes en la col y el brócoli, epigalocatequinas del té verde, capsaicina de las guindillas, chalonas, rutina y naringenina de las manzanas, resveratrol del vino tinto y de los cacahuetes, y curcumina y curcuminoides de la cúrcuma. La mayoría de las enfermedades tienen un componente discreto pero obvio de inflamación sistémica. Muchos trabajos han sugerido que los efectos de estos tratamientos podrían ser mejorados tras la restricción de la ingesta de moléculas proinflamatorias, como los productos avanzados de la glicación (AGE) y lipoperoxidación (ALE), junto con la suplementación de moléculas antiinflamatorias, como algunos polifenoles obtenidos de las plantas. Concretamente, los efectos de los curcuminoides y de su principal componente, la curcumina, han sido ampliamente documentados. Esta revisión, recopila los datos actuales acerca de las principales moléculas activas derivadas de la cúrcuma, para las cuales se ha demostrado que poseen una potente actividad antioxidante, inhiben la ciclooxigenasa 1 (COX-1), la lipoperoxidasa (LPO), el factor nuclear NF-κB (NF-κB), así como los AGE. La mayoría de los efectos han sido demostrados mediante estudios experimentales; sin embargo, los estudios clínicos en humanos son escasos. Se ha sugerido que la suplementación con curcuminoides podría ser interesante como un complemento para los tratamientos farmacológicos, además de cómo tratamiento prebiótico en condiciones en las que no existe una terapia eficaz, como en el caso de la enfermedad de Crohn, en pacientes ingresados en Unidades de Cuidados Intensivos durante periodos prolongados, y también en patologías tales como el cáncer, la cirrosis hepática, la enfermedad renal crónica, la enfermedad digestiva obstructiva, la diabetes y la enfermedad de Alzheimer. (Full spanish translation in www.nutricionhospitalaria.com). |