Autor: |
R.D. Hernández-Aguilera, M.L. Marván-Garduño |
Jazyk: |
English<br />Spanish; Castilian |
Rok vydání: |
2015 |
Předmět: |
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Zdroj: |
Perinatología y Reproducción Humana, Vol 29, Iss 1, Pp 30-35 (2015) |
Druh dokumentu: |
article |
ISSN: |
0187-5337 |
DOI: |
10.1016/j.rprh.2014.12.003 |
Popis: |
Al hablar de salud reproductiva es necesario enmarcar el papel de la planificación familiar. El auge de los métodos anticonceptivos en los países desarrollados se da en la década de 1960 con la revolución sexual. El involucramiento del hombre en la planificación familiar apareció en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de 1994, donde se pretendía un papel equitativo en el control de la natalidad. Desgraciadamente, la participación del hombre en la anticoncepción es muy limitada, debido a posturas machistas, miedo a una disminución de su hombría, virilidad y potencia sexual, así como el desconocimiento de las ventajas de los métodos anticonceptivos para hombres. La vasectomía en un inicio se usaba para conocer sus efectos sobre la próstata, después como rejuvenecimiento quirúrgico masculino y finalmente como método anticonceptivo. El Dr. Li Shuguang, en 1973, desarrolló la vasectomía sin bisturí para reducir el temor de los hombres ante este procedimiento. En el mundo hay 37 millones de hombres que optaron por la vasectomía, principalmente en países desarrollados. Las razones por las cuales la vasectomía no es tan preferida en países subdesarrollados tiene que ver con temores que principalmente son de índole sexual, los cuales se fundamentan en el desconocimiento del procedimiento, además de pensar que la anticoncepción es cosa de mujeres y que es mejor que ellas se operen. Es importante que el hombre se implique en la planificación familiar como parte de su salud reproductiva y no solo como una opción que podría o no tomar. |
Databáze: |
Directory of Open Access Journals |
Externí odkaz: |
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