La revolución del yodo en el siglo XIX
Autor: | Alfredo Jácome Roca |
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Jazyk: | English<br />Spanish; Castilian |
Rok vydání: | 2021 |
Předmět: | |
Zdroj: | Revista Colombiana de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo, Vol 8, Iss 2 (2021) |
Druh dokumentu: | article |
ISSN: | 2389-9786 2805-5853 |
DOI: | 10.53853/encr.8.2.707 |
Popis: | La historia del elemento yodo y su relación con la glándula tiroides se remonta a la antigüedad. En países milenarios como China se recomendaba el uso de cenizas de algas y esponjas marinas para tratar el bocio, endemia que amenaza al 30?% de la población humana que reside en lugares apartados de los mares, donde el yodo se encuentra en abundancia. Solo hasta 1811, Courtois descubrió el yodo en las algas marinas por serendipia y Gay-Lussac y Davy perfeccionaron el conocimiento respecto a X. Coindet en Suiza fue el primero en tratar con yodo a sus pacientes bociosos, aunque un poco antes Boussingault había recomendado al gobierno granadino usar aguas ricas en yodo para añadir a la sal de Zipaquirá. Por su parte, Baumann aisló de la glándula tiroides una proteína rica en yodo y, en Europa, en particular en Francia y en Suiza, se iniciaron programas de yodización de la sal que tuvieron altibajos. Los estudios de Marine en los Estados Unidos y su programa de profilaxis del bocio en estudiantes de colegio en Akron, Ohio, precedieron a la instalación de protocolos para un programa mundial de yodización de la sal, cuyo fin es erradicar el bocio endémico y el cretinismo asociado. |
Databáze: | Directory of Open Access Journals |
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