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La población residente en Bilbao presenta un índice de envejecimiento elevado, superior a la media del resto de municipios de la Comunidad (Bilbao: 23,52%, por encima de Bizkaia: 21,65% y de la CAPV: 21,13%). Según los datos facilitados por el Padrón Municipal, en el año 2015 la esperanza de vida media de la población de Bilbao era de 82,88 años (86,79 años para las mujeres y de 78,98 años para los hombres). Además el 23,46 % de la población tenía más de 65 años y el 4,15% más de 85 años. En esta situación de envejecimiento poblacional debe tenerse en cuenta además que a los años se le suman habitualmente situaciones de discapacidad y/o enfermedad a menudo crónica, que contribuyen a limitar las capacidades de las personas para desarrollar una vida autónoma y favorecen la dependencia de otros (cuidadores formales o informales). Según datos aportados por la Diputación Foral de Bizkaia, el índice de dependencia ha ido incrementándose anualmente, llegando en 2015 al 55,55%. Las personas dependientes requieren una atención cada vez mayor desde los ámbitos social y sanitario y sus cuidadores desempeñan un papel fundamental en la cobertura de las necesidades físicas, psicológicas, emocionales y sociales de estas personas. Su labor repercute directamente en la utilización de los recursos socio-sanitarios. Los cuidadores formales a menudo han recibido una formación básica que les permite desempeñar su labor con un alto grado de diligencia, pero esta situación no es homogénea entre ellos y no suele darse en los cuidadores informales. Especialmente estos últimos, suelen prestarse al cuidado de otra persona por compromiso familiar o personal sin conocimientos previos que les faciliten esa labor de cuidado, lo que impacta tanto en la calidad de esos cuidados como en su propio estado físico, mental y emocional, con un detrimento de la calidad de vida de ambos. Teniendo en cuenta que una labor de cuidado desempeñada por personas sin unos conocimientos mínimos enfocados a la satisfacción de necesidades básicas de las personas cuidadas y suyas propias puede generar un consumo de recursos sanitarios, tanto por parte del cuidado como del propio cuidador, se ha realizado una intervención educativa grupal. Se ha buscado con ella la capacitación de cuidadores informales de personas dependientes para la prestación de cuidados básicos, mediante la adquisición de conocimientos y habilidades en: - Higiene: aseo del dependiente, adecuación de los espacios de aseo - Seguridad: vigilancia y cuidados de la piel, prevención y cuidado de las úlceras por presión, prevención de caídas y adecuación de la vivienda - Movilización: ejercicios, movilizaciones y cambios posturales del dependiente, transferencias e higiene postural del cuidador - Alimentación: conceptos básicos sobre necesidades nutricionales básicas, conservación y preparación de los alimentos, adaptación de la dieta - Autocuidado del cuidador: manejo de las emociones, gestión del tiempo, relajación Esta actividad ha sido desarrollada en colaboración por dos organizaciones sanitarias de Osakidetza, buscando una mejora en la calidad de los cuidados dispensados, en la situación de cuidado de las personas dependientes y, en consecuencia, en el consumo de los recursos sanitarios. |