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El objetivo de la investigación es mostrar, a través de la obra del arquitecto Ramon Tort en la costa de Castelldefels, Gavà y Viladecans, la calidad formal, la capacidad de experimentación y la libertad creativa de los primeros cámpings en la denominada, desde los postulados de la modernidad de los años trenta, “Playa de Barcelona”. El carácter lúdico y estacional asociado al tiempo de descanso y vacaciones otorga una libertad creativa que propicia diseños singulares y valiosos. Se plantea desde una aproximación histórico empírica a partir del estudio y análisis de los documentos guardados en los archivos municipales de Gavà y Castelldefels, además del archivo histórico del COAC y el de la Fundación AGBAR. Estos documentos permiten reseguir el proceso de transformación de la costa del Baix Llobregat a finales de los años cincuenta. Una costa que en los años cuarenta, después del fallido intento del GATCPAC como ciudad de vacaciones, y con las expectativas de la abertura de la autopista de Castelldefels, se planteaba como un área residencial de veraneo y segunda residencia. Una finalidad que con la aprobación del Plan Comarcal de 1953 se alteró completamente. Este plan requería a la franja costera inmediata a la línea de costa unas exigencias de superficie para su urbanización que hacía inviable las promociones de casitas de veraneo. Estas circunstancias motivaron a los diversos propietarios a buscar alternativas de negocio que se concretaron en los primeros establecimientos de baños de mar y cámpings en la zona. Una propuesta radicalmente novedosa en aquel momento. A partir de las propuestas documentadas que realiza Ramon Tort (1913-2004) para los baños de La Pineda (1958) y el cámping de Las Naciones (1960) podemos evidenciar el proceso apuntado e identificar soluciones arquitectónicas de gran interés. Unas soluciones que ya había empezado a experimentar en algunas obras anteriores y que suponen una reafirmación del vínculo ocio y atrevimiento formal. Unas propuestas que se enlazan con las propuestas de su socio y amigo Francesc Mitjans (1909-2006) para el cámping La Ballena Alegre (1958) adyacente a La Pineda. Este trabajo también persigue, además de mostrar a través de estos establecimientos la irrupción de la modernidad desinhibida, poner en valor los pocos testigos arquitectónicos que todavía hoy perduran, aunque paralizados en un proceso de indecisión urbanística que los hace mucho más frágiles y cercanos a su desaparición. |