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Los adenocarcinomas de intestino delgado son tumores poco frecuentes del tracto gastrointestinal, de mal pronóstico, que, debido a la presentación de síntomas inespecíficos y la ausencia de métodos de detección efectivos, se diagnostican en estadios avanzados de la enfermedad. Surgen principalmente en el duodeno y la incidencia es mayor en pacientes con enfermedades inflamatorias intestinales, poliposis adenomatosa familiar y síndrome de Lynch. Aun representando la mayor parte del tracto digestivo en longitud y superficie, la incidencia de este tipo de cáncer es 50 veces menor que la del cáncer colorrectal. La farmacoterapia del cáncer de intestino delgado es muy compleja y evoluciona constantemente, por lo que el objetivo del trabajo ha sido realizar una actualización de los fármacos utilizados en este tipo de cáncer y cómo se emplean. La extirpación quirúrgica es el tratamiento curativo de elección cuando la enfermedad es resecable. Buena parte de los pacientes pueden experimentar recaídas tras la cirugía, por lo que se recurre a quimioterapia adyuvante basada en fluoropirimidinas y platinos, como primera línea. En enfermedad metastásica, la quimioterapia sistémica basada en platinos y fluroropirimidinas, taxanos o irinotecán parecen ser las más efectivas. Los inhibidores de puntos de control inmunitarios han demostrado buenos resultados en pacientes con inestabilidad de microsatélites. A pesar de que la farmacoterapia es el tratamiento de elección cuando el cáncer está en fase metastásica, este tipo de terapia no consigue detener la enfermedad en muchos pacientes, por lo que es importante ofrecerles la posibilidad de participar en ensayos clínicos. En algunos de ellos, el estudio del perfil genético del adenocarcinoma de intestino delgado puede conducir al desarrollo de terapias dirigidas e inmunoterapias más eficaces que las actuales. Universidad de Sevilla. Grado en Farmacia |
