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La televisión como dispositivo tecnocultural inaugura una era en la que la imagen y la tecnología se convierten en una importante fuente de producción de sentido en el ámbito cotidiano, creando imaginarios sociales y fantasías colectivas que permanecen activas en la mente de los sujetos y se manifiestan en sus procesos comunicativos. Si se toma la televisión desde esta perspectiva, se puede considerar que este medio de comunicación tiene el potencial de incidir en la construcción subjetiva del individuo, no sólo como receptor consciente sino también como ciudadano activo. Por ello es pertinente que la educación abra espacios para iniciar con los estudiantes procesos de formación de audiencias, capaces de decodificar los mensajes televisivos a través de una lectura profunda de los contenidos que consume, estudiando la televisión desde ámbitos como su lenguaje, su discurso y su naturaleza tecnológica. Dicha formación de los receptores en audiencias activas, se puede lograr a través de lo que se ha denominado como la alfabetización audiovisual, que consiste en la capacidad de decodificar, analizar y recrear en variedad de formas los contenidos televisivos. Es a partir de este aspecto que se puede tomar la telenovela como herramienta para desarrollar estrategias educativas, por ejemplo el fomento a la resolución pacífica de los conflictos, con valores como el respeto, el diálogo, la comunidad, la responsabilidad, las construcciones colectivas, etc, a partir de contenidos implícitos de las telenovelas, los cuales escapan ante los ojos del televidente desprevenido, debido a la ausencia de iniciativas educativas. Esto en palabras de Joan Ferres es denominado Educar con la televisión, lo cual hace referencia a la incorporación del medio televisivo en el aula de clase, para convertirlo en objeto de estudio, con el fin de educar desde el lenguaje audiovisual y hacer de la telenovela un instrumento pedagógico configurado desde su estructura melodramática, su lenguaje, mecanismos técnicos y económicos, impacto socio-cultural, entre otros aspectos que se le deben brindar al estudiante para que pueda analizar de manera crítica y reflexiva las historias narradas, y de este modo sustraer aprendizajes significativos. Para lograr dicho fin José Manuel Pérez Tornero propone una lectura analítica y crítica que requiere de un aprendizaje especial, que se potencie por medio de la utilización de unas operaciones y situaciones críticas que la escuela puede tomar dentro del aula de clase, para construir y formar receptores activos de la televisión. En ese orden de ideas, este proyecto pretende ofrecer una metodología de aplicación en el aula que cuenta con tres etapas que corresponden a los tres niveles de lectura que un sujeto activo debe realizar frente a la pantalla televisiva (Descriptivo, Analítico y Crítico). Estas etapas están compuestas por una serie de actividades que conducirán hacia una paulatina lectura más profunda de los contenidos televisivos, para así mejorar e innovar el proceso de enseñanza / aprendizaje, y entender la televisión, no sólo como medio para la entretención, sino también como un material lúdico que se puede utilizar en la educación. |
