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El olivo es una especie resistente a la sequía debido a su adaptación a la falta de agua, pero se ha demostrado que con pequeñas aportaciones de riego se puede obtener una mayor rentabilidad. Sucesivas investigaciones han estudiado la sensibilidad al estrés hídrico en los diferentes estados fenológicos para definir las estrategias de riego en base al potencial hídrico del tallo (Ѱtallo), de tal manera, que se permita reducir el uso del agua en determinados periodos más resistentes sin afectar al crecimiento, a la producción o la calidad. Se han indicado valores umbrales del Ѱtallo medidos con la cámara de presión, ya que es el parámetro que mejor refleja el estado hídrico en olivo. Pero a pesar de reflejar el grado de hidratación con bastante exactitud, la metodología en el campo presenta ciertas desventajas ya que requiere realizar las medidas in situ. El avance en las nuevas tecnologías está permitiendo emplear otras técnicas para controlar el estado de hidratación del olivo como el contenido de humedad en el suelo mediante diferentes equipos como son las sondas de humedad que permiten realizar medidas continuas. El presente estudio tiene como objeto determinar el contenido de humedad en el suelo a diferentes profundidades, mediante la instalación de sensores de la marca Plantae®, y el Ѱtallo mediante la cámara de presión tipo Scholander. Los datos obtenidos han permitido relacionar ambos parámetros para determinar la profundidad que permite reflejar mejor el estado hídrico del olivo, y definir los valores umbrales de humedad para la parcela del estudio, teniendo en cuenta los umbrales de referencia del Ѱtallo. Para implementar los sensores de humedad del suelo se ha realizado un estudio del suelo del ensayo, que ha permitido conocer previamente la distribución de las raíces, la profundidad de estas, las características físico-químicas y las texturas de los diferentes horizontes, estableciendo una relación entre el contenido del agua en el suelo y la energía con la que esta es retenida, determinando la dinámica del agua en el suelo. En base al estudio se ha definido el bulbo húmedo, y por tanto, la profundidad de los sensores. El suelo se clasifica con el orden Haploxeralf cálcico. Tras realizar la calicata, el perfil del suelo muestra tres horizontes diferenciados con distintas propiedades. El primer horizonte Ap (0 a 30 cm) de textura franco arenosa con presencia de raíces, el segundo horizonte Bt (30 a 84 cm) de textura franco arcillosa con presencia de raíces hasta los 72 cm, y el tercer horizonte (84 a 1,25 cm) de textura franco arcillosa sin presencia de raíces. La reserva de agua es de 110 mm en 70 cm de profundidad efectiva. El ensayo se ha llevado a cabo en Chozas de Canales en Toledo (40º8' 0.07" N, 4º 1' 27.71" W, 566 m asm), en un olivar superintensivo con un marco de plantación de 6,5m x 1,5m de la variedad Arbequina en una superficie de 1,15ha. Se han establecido cinco tratamientos de riego: T1 (100%), T2 (75%), T3 (25%), T4 (0%) y el T5 (47,5%). En cada tratamiento se ha medido el potencial hídrico del tallo en 3 olivos, desde mayo hasta septiembre (5 días de medida), y para monitorear la humedad del suelo durante toda la campaña de riego (abril-septiembre) se han instalado en cada tratamiento 3 sensores de humedad de Plantae® por olivo a 3 profundidades diferentes, con un total de 45 sensores (5tratamientos x 3olivos/tratamiento x 3sensores/olivo) obteniendo 68.560 datos de humedad. La tecnología empleada de Plantae® ha sido preparada y calibrada en gabinete. En cada olivo se instala un sensor en el primer horizonte a 20 cm, y dos sensores situados en el segundo horizonte, uno a 40 cm y otro a 70 cm de profundidad. Los sensores se sitúan a una distancia del tronco de 0,5 m, (y entre 0,2 y 0,3 m de los goteros) con un determinado ángulo de inclinación sin alterar el suelo. Se ha analizado la evolución del contenido humedad del suelo en la campaña de riego, detectando las tendencias e indicando las fluctuaciones debidas a los riegos, lluvias, averías o fallos de conexión. Se han observado diferencias en la capacidad de retención entre horizontes, drenajes, momentos de saturación, valores máximos de humedad, diferencias en la infiltración del agua, estrategias de riego y la profundidad a la cual las raíces están más activas. Las medidas muestra fluctuaciones horarias entre el día y la noche influyendo en las medidas de humedad, principalmente a los 20 cm, por ello, se ha realizado una corrección teniendo en cuenta dicha influencia. Aquellos sensores con medidas erróneas han sido descartados para realizar una relación con datos representativos. La calibración de los sensores, la instalación en campo y la correcta interpretación de los datos registrados permite conocer la dinámica del agua en el suelo. La gran variabilidad del suelo y del desarrollo de las raíces se ha podido reflejar en las tendencias y en el contenido de humedad. El sensor situado a 70 cm de profundidad es la única forma para saber si hay drenaje, y por tanto, detectar las horas máximas de riego. La relación entre el Ѱtallo y el contenido de humedad del suelo refleja que entre 40 cm y 70 cm las raíces se encuentran más activas, respondiendo al estado de hidratación en su conjunto. Los resultados indican que el sensor a 20 cm no es un buen indicador del estado hídrico, con mayor variabilidad en los contenidos de humedad, fruto de los factores que intervienen en los primeros centímetros del perfil del suelo como la temperatura y la evaporación. Los resultados indican que en primavera (mayo-junio) y principios del verano, antes del endurecimiento del hueso (julio-julio) se tiene que mantener un Ѱtallo de -1,2MPa para conseguir que la humedad del suelo medida con los sensores de 40 cm y 70 cm de profundidad sea de 34,33% para un buen crecimiento vegetativo y floración. En cambio tras el endurecimiento del hueso (julio) para un Ѱtallo de -2,9MPa la humedad del suelo medida con los sensores de 40 cm y 70 cm de profundidad puede disminuir a 28,97%, y finalmente durante el crecimiento del fruto y la síntesis de aceite (agosto-octubre) el Ѱtallo debe mantenerse por encima de -2,21MPa para tener un contenido de humedad medido con los sensores de 40 cm y 70 cm de profundidad de 31,15%. Estos valores han de tratarse con cuidado por los distintos factores que intervienen, siendo exclusivos para la parcela de estudio. Los resultados obtenidos refuerzan la utilización de sensores de humedad Plantae® , ya que son una buena herramienta para determinar las necesidades de riego obteniendo de manera constante la evolución del contenido de humedad del suelo determinando las tendencias y anomalías, para tomar decisiones de cuándo y cuánto regar. |