Popis: |
Es misión de los profesionales de la salud proporcionar un aporte adecuado y suficiente de líquidos y nutrientes a sus enfermos. Es un cuidado básico siempre que el paciente pueda deglutir y no haya ninguna contraindicación médica para la ingesta oral. Una situación bien distinta ocurre cuando sea necesario su administración a través de una sonda o por vía endovenosa. Objetivo: Conocer cuál es la actitud respecto al soporte nutricional entre los profesionales de las Unidades de Nutrición Clínica y Dietética en dos supuestos clínicos de pacientes con enfermedades de mal pronóstico, uno con nutrición parenteral (NP) y otro con nutrición enteral (NE). Material y métodos: La encuesta se distribuyó por correo electrónico entre los miembros de la SENPE. Los datos se presentan como porcentaje. La comparación entre grupos se realizó mediante Chi-cuadrado. Resultados: Se recibieron 62 encuestas. El 42% de los que contestaron tenían entre 45 y 55 años. 65% eran médicos, 18% farmacéuticos, 12% enfermeras y 5% dietistas. La mayoría tenían una experiencia profesional > 10 años y se consideraban con formación insuficiente en bioética. El caso de NP se trataba de una mujer de 45 años con un cáncer de ovario irresecable, fuera de tratamiento quimioterápico, que presentaba una obstrucción intestinal irresoluble. El 77% indicaría NPD en esta situación si la paciente estuviera estable y tuviera suficiente apoyo familiar. El 75% lo haría para facilitar que permaneciera en su domicilio el mayor tiempo posible. El 92% consideró que la presencia de una complicación mayor o deterioro funcional contraindicaría su uso. El 91% cree necesaria una re-evaluación periódica de la indicación. El paciente candidato a NED es una anciana con deterioro cognitivo progresivo en quien se valora la indicación de una gastrostomía. El 98% coincide en señalar que iniciaría NE en este caso, y el 77% lo considera un cuidado básico. Este porcentaje disminuye al 41% si precisara restricción. Conclusiones: La mayoría de los profesionales de las Unidades de Nutrición consideran que la NAD debe realizarse de forma individualizada y, una vez tomada la decisión, evaluarla periódicamente. Cuando la alimentación por sonda no se asocia a otras medidas, la mayoría consideró que se trataba de un cuidado básico. Las decisiones sobre nutrir a este tipo de enfermos se valoraron de forma uniforme en toda la muestra, con independencia de la profesión, la edad, el sexo, los años de experiencia o los valores personales. Artificial nutrition has been seen by clinicians as a medical treatment that patients or their surrogates may accept or refuse on the basis of the same considerations that guide other treatment decisions. However, public disagreement has arisen in the last times in relationship with some cases on the media. Methods: In order to know the position of the members of the Nutrition Support teams in Spain a questionnaire based on two clinical scenarios was developed. A sample was sent by E-mail to all the members of the National Society. Data are presented as percentage. Comparison between groups was done by Chi square. Results: 62 surveys were analyzed (65% physicians, 18% pharmacists; 12% nurses; 5% dietitians). 42% were 45 to 55 years old. Although a majority were working in clinical nutrition > 10 years, they considered themselves with insufficient bioethical background. In the case of Home Parenteral Nutrition -HPN- (45 yo lady with intractable ovarian cancer and intestinal obstruction), 77% agreed on HPN if the patient clinical condition was stable and she had strong family support. 75% answered that the main goal was to keep her at home as longer as possible. 92% considered that a mayor complication or a decrease in functions would contraindicate its use. 91% would review the decision periodically. In the case of Home Enteral Nutrition -HEN- (an old lady with progressive cognitive impairment needing a tube for feedings) 98% would indicate a gastrostomy tube. 77% considered HEN as a basic care, but if the patient had needed mechanical restriction only 41% would pursue in the decision. Conclusions: Most of the health care workers in the Nutrition Support teams considered that the decision on starting artificial nutrition should be done in an individualized basis, and need a periodical re-evaluation. HEN was mostly considered as a basic care. There were no significant differences if answers were analyzed by profession, gender, working experience or personal values. |