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Antecedentes: Strongyloides stercoralis, parásito endémico de áreas tropicales y subtropicales del planeta, en sujetos inmunodeprimidos puede cursar con formas graves y aun mortales como el síndrome de hiperinfestación y la enfermedad diseminada. Métodos: Análisis retrospectivo de las características epidemiológicas, manifestaciones clínicas, co-infección por virus de inmunodeficiencia humana (VIH), hallazgos microbiológicos y evolución de 30 pacientes con estrongiloidiasis, atendidos en el Hospital de Enfermedades Infecciosas F. J. Muñiz de Buenos Aires, entre enero 2004 y diciembre 2008. Resultados: Se incluyeron en la evaluación 20 hombres y 10 mujeres con una mediana de edad de 33 años. Co-infección por VIH hubo en 21 pacientes (70%); la mediana de linfocitos T CD4+ en ellos al momento del diagnóstico de la parasitosis fue de 50 céls/mm³ (rango 7 a 355), (media de 56 céls/mm³). En los pacientes seronegativos para VIH, se comprobaron las siguientes co-morbilidades: tuberculosis (n: 3) y un caso de cada una de las siguientes afecciones: alcoholismo crónico, diabetes mellitus, reacción lepromatosa bajo corticotera-pia, y psoriasis en tratamiento inmunosupresor. Hubo dos pacientes sin aparentes enfermedades de base. Diecisiete pacientes presentaron enfermedad intestinal crónica con diarrea (57%), era asintomática y fue sospechada por la eosinofilia periférica (n: 7, 23%) y se clasificó como síndrome de hiperinfestación (n: 6, 20%) diagnosticado por la identificación de larvas en la materia fecal y secreciones broncopulmonares. Diecisiete pacientes (57%) presentaron eosinofilia periférica. El diagnóstico se efectuó por la visualización directa de las larvas en muestras de heces en fresco mediante la técnica de concentración de Baer-man (n: 20); por el examen copro-parasitológico seriado (n: 2) y por ambos métodos (n: 1); en líquido duodenal y materia fecal (n: 1) y por la identificación de larvas en materia fecal y secreciones respiratorias (n: 6). Letalidad global: 20% (6/30). Los pacientes con eosinofilia tuvieron una menor letalidad que aquellos sin esta respuesta (p < 0,001). No hubo correlación estadística entre la edad y la supervivencia. Sí fue significativa la correlación entre el recuento de CD4 y la letalidad, incluyendo 18 de los 21 pacientes seropositivos para VIH (p: 0,03). Finalmente, la correlación seropositividad para VIH y letalidad también fue significativa. Veintidós pacientes respondieron a la terapia antiparasitaria con ivermectina y evolucionaron favorablemente. Background: Strongyloides stercoralis is a nematode parasite, which is endemic in tropical and subtropical regions. Infection usually remains asymptomatic, but in immunocompromised hosts severe and life-threatening manifestations such as hyperinfection syndrome and disseminated disease might occur. Methods: We retrospectively analyzed the epidemiological and clinical characteristics, including HIV co-infection, microbiological findings, and outcome in 30 patients with strongyloidiasis, who attended in the Infectious Diseases F. J. Muñiz Hospital in Buenos Aires from January 2004 to December 2008. Results: The study included 20 men and 10 women with an average age of 33 years. HIV co-infection was present in 21 patients (70%) with a median CD4 T cell count of 50 cells/mm³ (range 7-355) (average 56 cells/mm³). Among HIV negative patients the following comorbidities were detected: tuberculosis (n = 3) and chronic alcoholism, leprosy treated with corticosteroids, immunosuppressive treatment for psoriasis, and diabetes mellitus (each in one patient). Two patients did not have any predisposing diseases or immunosuppressive treatments. Seventeen patients presented with diarrhea and were classified as chronic intestinal strongyloidiasis (57%), asymptomatic infection with peripheral eosinophilia was diagnosed in 7 (23%), and 6 patients (20%) developed hyperinfection syndrome. Seventeen patients (57%) presented peripheral eosinophilia. Diagnosis was achieved by direct visualization of larvae in feces by Baermann technique (n = 20), by multiple stool smears examinations (n = 2), by combination of both (n = 1), by visualization of the filariform larvae in duodenal fluid and stool (n = 1), and in fecal and bronchoalveolar lavage specimens (n = 6). Overall mortality in this series was 20% (6/30). There was no significant correlation between age and mortality. A significant inverse correlation between the survival rate and CD4 T-cell count as well as eosinophilia was observed. There was also a significant correlation between HIV co-infection and mortality. Twenty-two patients responded favorably to treatment with ivermectin. |