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The anaconda Eunectes murinus (Linnaeus, 1758) inhabits large hydrographic basins in tropical America and figures among the world's largest snakes, attaining a length of 12 m. This study analyzed the growth of three female anaconda siblings, with records from their birth in captivity up to around 14 months of age. The snakes were kept in a controlled environment with constant temperature and data related to biometry, feeding and skin shedding were recorded. At the end of these 445 days, the siblings had grown on average 2.6 times their initial length and increased their initial weight by 3830.lOg, incorporating about 43.5% of total food ingested to their body mass. They showed a total of 0.69 skin sheddings per month in that period, and did not exhibit significant differences in shedding intervals, nor in body growth (weight and length), when compared among themselves. Food was refused at times, coinciding with the days that preceded the ecdyses. Sheddings do not seem to be explained by feeding or growth, which suggests a relation to other endogenous factors. A more detailed study of this species is needed to better understand its growth to the adult phase and its hormonal levels during growth La anaconda Eunectes murinus (Linnaeus, 1758) se encuentra en una ampia área hidrográfica de América tropical y figura entre las más grandes serpientes del mundo, alcanzando una longitud de 12 metros. Este estudio analizó el crecimiento de tres anacondas hembras hermanas, con registros de su nacimiento en cautiverio hasta alrededor de 14 meses de edad. Las serpientes fueron mantenidas en un medio controlado con temperatura constante y se obtuvieron registros relacionados con su biometría, alimentación y mudas de piel. Al final de 445 días, las hermanas crecieron en promedio 2,6 veces su longitud inicial e incrementaron su peso inicial en 3810,1 g, incorporando a su masa corporal alrededor de 43,5% del alimento ingerido. Ellas tuvieron un total de 0,69 mudas de piel por mes en ese periodo y no hubo diferencias significativas en los intervalos de mudas, ni en el crecimiento corporal (peso y longitud), cuando comparadas entre ellas. La comida, a veces, fue rechazada coincidiendo con los días que precedían al cambio de piel. Las mudas de piel parecen no tener relación con la alimentación o crecimiento, lo cual sugiere que puede deberse a otros factores endógenos. Es necesario un estudio más detallado de esta especie para comprender mejor su crecimiento en la fase adulta y sus niveles hormonales durante el crecimiento |