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Las mujeres latinoamericanas compartimos el testimonio memorioso de un pasado común en la historia de nuestros pueblos: conquistas, guerras, colonizaciones, dependencias —¡años de dominación!—, resistencias, rebeliones, insurgencias, emancipaciones y luchas por la independencia y la autonomía. Nos asemejamos en que cada día gestamos la historia que vivimosentre el quehacer y el ritual de lo cotidiano, bajo la impronta de una historia de doble dominación, dependencia y subordinación entre relaciones de poder y los efectos perversos de la cultura patriarcal. Mujeres y hombres coexistimos “cristalizados” en estructuras seculares opresoras como el machismo, el sexismo, la violencia y la exclusión; y “anclados” a un conjunto de prácticas y relaciones sociales desiguales entre los sexos, bajo el peso milenario del dogma constituido por determinismos y esencialismos universales que ya han revelado su desgaste y finitud ante las mismas sociedades humanas que son complejas, cambiantes, pluriculturales y diversas. En esta dinámica sociohistórica va emergiendo el fermento femenino que lleva consigo la inquietud creativa, la intuitiva convicción y el compromiso político de transformar la realidad de opresión de las mujeres del mundo, y ello es posible en la hechura y reconocimiento de un sujeto colectivo con conciencia de género y participación política. We share, as Latin-American women, the memorious testimony of a common past in the history of our nations: conquers, wars, colonization, dependencies — years of domination! —, resistances, rebellions, insurgencies, emancipations and fights for independence and autonomy. We resemble each other because every day we develop the history that we live within the chore and the quotidian ritual, under the imprint of a history of double domination, dependency and subordination within relations of power and the perverse effects of the patriarchal culture. We, women and men, coexist “crystallized” in oppressive secular structures as male chauvinism, sexism, violence and exclusion; and “anchored” to unequal practices and social relations between sexes, under the millenarian weight of the dogma constituted by determinisms and universal esentialisms that already have revealed its burnout and finitude to the same human societies, that are complex, changing, multicultural and diverse. In this sociohistorical dynamics, it is emerging the feminine ferment that carries itself the creative restlessness, the intuitive conviction, and the political commitment to transform the oppressive reality of the women of the world, and it is possible in the construction and recognition of a collective subject with gender conscience and political participation. 493-505 blancaelisa7@cantv.net trimestral |