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Scientific evidence supports an interactive model of biopsychosocial influences on the etiology of eating disorders. New genome-wide association studies suggest underlying metabolic dysregulation in anorexia nervosa. Among the psychological factors, body dissatisfaction (IC) is the most consistent predictor, mainly in females. Low self-esteem, negative affect and internalization of the ideal of thinness predict IC. Certain personality traits and other individual factors such as a high body mass index, emotional problems and some metabolic and digestive diseases, social factors such as some sporting or professional activities focused on body shape pressure, characteristics of the family environment, and social and peer group pressures to be thin, currently mediated by the use/abuse of social networks, act as risk factors for ED. Most prevention programs target adolescent girls in secondary education and young people. Interventions at an early age, in adults and in men are scarce. Successful programs focused on one or more risk factors, based on cognitive or behavioral approaches, include content on healthy eating or nutrition, media literacy, sociocultural pressures, and body acceptance or body satisfaction. They incorporate new technologies and are interactive. More research and innovative prevention programs for eating disorders in young children, adults and men are in need.La evidencia científica apoya un modelo interactivo de influencias biopsicosociales en la etiología de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Los nuevos estudios de asociación de genoma completo sugieren una base de desregulación metabólica en la anorexia nerviosa. Entre los factores psicológicos, la insatisfacción corporal (IC) puede considerarse el predictor más consistente, principalmente en el género femenino. Baja autoestima, afecto negativo e interiorización del ideal de delgadez determinan la IC. Ciertos rasgos de personalidad y otros factores individuales como un alto índice de masa corporal, problemas emocionales y algunas enfermedades, metabólicas y digestivas, factores sociales como algunas actividades deportivas o profesionales centradas en la presión por la figura corporal, características del entorno familiar, y presiones sociales y del grupo de pares por estar delgada, mediado actualmente por el uso/abuso de las redes sociales, actúan como condicionantes de riesgo en los TCA. La mayoría de los programas de prevención se dirigen a las mujeres adolescentes en educación secundaria y jóvenes. Son escasas las intervenciones en edades tempranas, en adultos y en varones. Los programas con buenos resultados se centran en uno o más factores de riesgo, se basan en enfoques cognitivos o conductuales e incluyen contenido sobre alimentación saludable o nutrición, alfabetización mediática o presiones socioculturales y aceptación corporal o satisfacción corporal. Incorporan nuevas tecnologías y son interactivos. Se necesitan más investigación y programas de prevención de los TCA innovadores para niños pequeños, adultos y varones. |