Self-medication in young people in the context of COVID-19

Autor: Lisseth Dolores Rodríguez Cruz
Jazyk: Spanish; Castilian
Rok vydání: 2021
Předmět:
Zdroj: ACC CIETNA: Revista de la Escuela de Enfermería; Vol. 8 Núm. 2 (2021): Acc Cietna: para el cuidado de la salud Vol. 08. N° 2 (Dic 2021); 1-4
Revistas Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo
Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo
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LAReferencia-Red Federada de Repositorios Institucionales de Publicaciones Científicas Latinoamericanas
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ORCID
ISSN: 2309-8570
DOI: 10.35383/cietna.v8i2
Popis: Self-medication is a latent problem in our society. It is the own initiative or decision to take drugs, the consumption of drugs regardless of their origin, or medical prescription1,2. This has been increasing and has become a phenomenon that is highly studied by researchers. Thus, in pre-pandemic times, self-medication was a considerable problem in several countries, although with differences between countries in Europe and Latin America. So we have, in Spain3; The National Health System announced that in 2017 15.3% of people self-medicate. Also, in Mexico4; 86% consume medications without a doctor's prescription. La automedicación es un problema latente en nuestra sociedad. Es la iniciativa propia o decisión de tomar medicamentos el consumo de fármacos sin importar su origen, ni prescripción médica1,2. Esta ha ido en aumento y se ha vuelto un fenómeno muy estudiado por investigadores. Así, en épocas pre-pandemia la automedicación era un problema considerable en varios países, aunque con diferencias entre países de Europa y Latinoamérica. Así tenemos, en España3; el Sistema Nacional de Salud dio a conocer que en el año 2017 el 15,3 % de personas se automedica. Asimismo, en México4; el 86 % consume medicamentos sin la prescripción de un médico. Sin embargo, el miedo, la saturación de hospitales y la afectación económica por la pandemia COVID-195 ha incentivado a realizar con más frecuencia esta práctica e inclusive aumentó la prevalencia en la población joven6. Puesto que, justificaban la práctica por diversos factores entre ellos; el 33,49 % de los jóvenes relacionan la similitud de los síntomas con enfermedades pasadas, el 19,17 % percibían la enfermedad como algo leve, el 18,24 % desde el aspecto económico les resultaba más barato la automedicación7. Además, en Perú, al inicio de la pandemia se distribuyó kits para tratar la enfermedad leve por coronavirus; por lo que algunos cuando eran hospitalizados por la enfermedad, referían haberse automedicado con ivermectina que les habían entregado a sus familiares8. Además, la pandemia ha incrementado el consumo de tranquilizantes para tratar la ansiedad y el insomnio, trastornos que han aumentado a consecuencia de la pandemia9. En tal sentido, algunos por el miedo y la ansiedad, han optado por el automedicarse sustancias tales como el dióxido de cloro, vitaminas, hierbas, cloroquina10. En tanto, se usaron también medicamentos que permitan mejorar el sistema inmunológico como vitaminas C, D, A y B y suplementos de zinc11. Finalmente, la población, debido al SARS-CoV-2 como una acción preventiva y tranquilizadora, recurrió al acopio de fármacos y su eventual autoconsumo sin consultar con una prescripción. Sin embargo, fue una medida errónea debido a que existen fármacos como los antibióticos que debilitan el sistema inmune12. Frente a lo expuesto, es necesario reflexionar que una consecuencia de la automedicación es la resistencia a los antibióticos, esta aumenta la letalidad de la enfermedad porque el tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los mismos. Por lo que es importante implementar en todas las farmacias la vigilancia del expendio de antibióticos, ansiolíticos, etc. con receta. Además, se debe concientizar a la población sobre los riesgos de la automedicación para la salud, puesto que puede causar resistencia a los antibióticos y la dependencia de ansiolíticos y analgésicos.
Databáze: OpenAIRE