Autor: |
Irving Reyna-Blanco, Mario Ortega-Gomez, Roberto Lopez-Maguey, Iván Calvo-Vázquez, Jesús Sebastián Muruato-Araiza, Mauricio Cantellano-Orozco, Jorge Gustavo Morales-Montor, Carlos Martínez-Arroyo, Javier Santamaria-Orozco, Alan Martínez-Salas, Gerardo Fernández-Noyola, Alejandro Hernandez-Mendez, Carlos Pacheco-Gahbler, Pascual Cortés-Raygoza, Iñigo Navarro-Ruesga, Aldo Jimenez-García |
Rok vydání: |
2020 |
Předmět: |
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Zdroj: |
Revista Mexicana de Urología. 79:1-6 |
ISSN: |
2007-4085 |
Popis: |
Antecedentes: Actualmente el 70% de los pacientes operados de ureteroscopia reciben colocación de catéter doble j debido a que se cree que disminuye la obstrucción secundaria a edema ureteral o a fragmentos de lito, pero la colocación no es inocua, ya que conlleva una gran variedad de efectos secundarios como frecuencia, urgencia, hematuria, disuria y tenesmo, así como un impacto económico. Nuestro objetivo es evaluar el manejo actual del catéter doble j en pacientes posoperados de ureteroscopia y los síntomas posquirúrgicos asociados. Materiales y métodos: Estudio retrospectivo de ureteroscopias realizadas en el Hospital Dr. Manuel Gea González durante el 2017 en pacientes mayores a 18 años. Se analizaron las frecuencias en readmisiones al servicio de urgencias durante la primera semana posoperatoria y los síntomas asociados al uso de catéter doble j, así como complicaciones posoperatorias. Resultados: Se registraron 105 ureteroscopias. El sexo masculino fue el predominante en hasta 55%; las ureteroscopias semirrígidas fueron las más prevalentes con un 71%. Se colocó preoperatoriamente catéter doble j en 69 pacientes y posoperatoriamente se colocaron en 41 pacientes. Durante el seguimiento los pacientes con colocación de catéter jj refirieron síntomas asociados a la colocación del catéter, lo cual ameritó visita a urgencias, encontrando únicamente asociación significativa para polaquiuria (p=0.001). Se obtuvo un total de 95 pacientes libre de litiasis, de los cuales a 61 (64.2%) se les colocó catéter doble j y 2 quedaron con litiasis residual y sin catéter. Conclusiones: De los 61 pacientes que se les colocó catéter doble j, 57 (82%) presentaron al menos un síntoma relacionado con el catéter; el 64.2% fueron ureteroscopias no complicadas a las cuales se les colocaron catéter doble j, por lo que creemos necesario realizar un estudio prospectivo y aleatorizado con un mayor número de pacientes para confirmar los resultados previamente reportados y establecer de manera más clara y objetiva las indicaciones para el uso del catéter doble j en nuestro hospital. |
Databáze: |
OpenAIRE |
Externí odkaz: |
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