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En México, desde el año 2000, la demanda de energía primaria ha tenido un crecimiento de un 25 %, paralelamente con la expansión económica, siendo el petróleo, el gas natural y el carbón los combustibles fósiles dominantes en la generación de esta energía, cubriendo aproximadamente un 90 % de la demanda. Entre estos combustibles, el petróleo ha sido el más empleado en nuestro país en las últimas dos décadas, con 96,4 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtoe) (iea, 2016), por ende, el costo tarifario de energía eléctrica es muy alto. En las zonas costeras del país es indispensable un sistema de climatización (aire acondicionado) en cada una de las viviendas para lograr tener un confort térmico. La presencia de estos equipos es mucho más alta en regiones de sensación cálida extrema, donde el 48 % de las viviendas tiene al menos un equipo de aire acondicionado. En total se contabilizan poco más de 7 millones de equipos de aire acondicionado en uso, en viviendas particulares en el país. El número de equipos de aire acondicionado por región climática varía, identificando que la mayor concentración se da en la región cálida extrema. (inegi, 2018). El uso de estos equipos, ocasiona un gran impacto en las finanzas de los usuarios por el alto gasto por consumo de energía eléctrica. (Galindo, 2020). Esta demanda de energía tendrá consecuencias significativas en el abastecimiento energético para las futuras generaciones. Es por esto que se buscan formas innovadoras de ahorro de energía que ayuden a resolver la problemática del gasto excesivo en el consumo eléctrico en construcciones específicamente localizadas en la costa de la República Mexicana. Tal es el caso de la ventilación natural, que como su nombre lo indica, mediante la circulación de aire a temperatura ambiente, busca obtener el confort térmico de las personas dentro de un edificio de forma natural, sin necesidad de consumir energía complementaria convencional para que esto se lleve a cabo. Con base a lo antes mencionado, es de importancia mejorar la eficiencia energética de las viviendas, a través de estrategias para el uso adecuado de la energía, ya que actualmente las viviendas tipo de interés social, construidas en México, no consideran en sus propuestas arquitectónicas el diseño, ni los materiales adecuados para que su función sea la ideal, de acuerdo a las características del clima de cada región. El presente libro aporta una perspectiva del impacto de océano en el clima de las zonas costeras, con base a mapas y gráficos históricos del clima de los estados costeros del país, con la finalidad de analizar las zonas costeras del país e identificar los estados más idóneos para el aprovechamiento de los vientos locales o brisa marina, como recurso energético que pueda ser aprovechado en la arquitectura bioclimática y de esta manera aportar al diseño de viviendas que resulten menos dependientes de la energía convencional, así como de otras energías renovables. En el primer capítulo se describe la metodología para el desarrollo de los mapas climáticos, describiendo la información que fue seleccionada, también se hace mención de las herramientas y software aplicados en la realización de estos. En el segundo capítulo se presentan los mapas climáticos, así como sus gráficos correspondientes a la temperatura máxima promedio, temperatura mínima promedio, precipitación y evaporación. |