Figuras de Dios: silencio y falta primordial
Autor: | Juan Jorge Michel Fariña |
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Rok vydání: | 2018 |
Zdroj: | Ética y Cine Journal. 8:7 |
ISSN: | 2250-5415 2250-5660 |
DOI: | 10.31056/2250.5415.v8.n1.19838 |
Popis: | En ocasion de recibir el doctorado honoris causa de la universidad hebrea de Jerusalen, Umberto Eco evoco en su discurso de agradecimiento un pasaje del antiguo testamento: cuando Elias buscaba a Dios al pie del monte Horeb, se produjo un viento tempestuoso. Y Elias creyo ver alli a Dios. Pero Dios no estaba en el viento arrasador. Luego vino el fragor del fuego, y Elias nuevamente miro hacia alli, pero Dios no estaba en el fuego. Se produjo luego un tumulto, pero Dios tampoco estaba entre la muchedumbre. Dios no esta en el viento arrasador, Dios no esta en el fragor del fuego, Dios no esta en el tumulto. La parabola es clara: Dios no esta en el estrepito. Si Dios, si esa verdad a desentranar, no esta en el estrepito, esta en el silencio. El silencio es una de las figuras de Dios. Por eso en su obra “Lo neutro”, Roland Barthes refiere la siguiente historia: “Una multitud de filosofos se habia reunido con gran aparato en presencia del enviado de un rey extranjero, cada uno de ellos se esforzaba por mostrar su sabiduria para que ese enviado, formandose de ellos la mas alta idea, hiciera un bello informe sobre la maravillosa sabiduria de los griegos. Sin embargo, uno de ellos no decia nada y no contribuia con su parte; el enviado se volvio hacia el y le dijo: ‘Y tu, ?no tienes nada para decirme con lo que yo pueda hacer mi informe? –Informale a tu amo, le res- pondio este filosofo, que has encontrado entre los griegos un hombre que sabia callarse.” Inmediatamente, Barthes hace notar la paradoja: el silencio no se vuelve signo sino cuando se lo hace hablar, si se lo acompana de una palabra explicativa que da su sentido; efectivamente, el enviado del rey habria podido encontrar el sentido sin la explicacion del filosofo, sentido que evidentemente no seria univoco. Podria tomar la forma de “hay tambien griegos silenciosos”, o “ese silencio es un discurso filosofico”, etc. El silencio es esa pausa en medio del caos, ese real que escapa a toda explicacion. En el mundo contemporaneo, la universidad es uno de esos lugares privilegiados que enfrenta el desafio del silencio. Los academicos estamos llamados a librar una batalla peculiar. No somos tan ingenuos como para creer en la ilusion de una torre de marfil desde donde observar el mundo, pero tampoco nos confundimos en el tumulto. Aqui resulta interesante el rodeo que propone Jacques Lacan, quien, a diferencia de Freud, si creia en Dios, pero de una manera peculiar: Lacan se referira a Dios en terminos logicos, no religiosos. Quiere darle a Dios un lugar en la logica del psicoanalisis. Dice de Freud que por no creer en Dios es que termina operando en su linea. Freud se dice ateo, tambien se dice judio. El ateismo de Freud no lo libera de Dios. Aun el ateismo de Freud, es una posicion religiosa. Para Lacan Dios ex – siste, ese termino heideggeriano que alude a la existencia, pero que a su vez es fragmentada con un guion, guion que tambien podemos pensar como barra, con toda la logica que ella porta. La etimologia nos dice que proviene de la particula “ex”, que significa por fuera de, y “sistere”, que significa sostener: sostener desde fuera. El concepto de ex – sistencia sera el organizador de toda la logica del nudo. En este sentido lo ex – sistente sera aquello que, quedando por fuera, sostiene, aquello que por ex –sistir hara consistir. Algo se sostiene al precio de una perdida, perdida que a su vez debera ser registrable. La exclusion funda la existencia. Por eso en el Seminario de la Etica, Das Ding es un primer exterior intimo, extimidad extranjera a lo simbolico y Cosa hostil en torno de la cual se organiza el andar del sujeto. Para Lacan, Dios ex – siste, en el sentido de ser aquello que queda excluido, una exterioridad que podemos nombrar solo a partir de contornearla. Si no es el ateismo lo que nos liberara de la sumision a Dios, se trata entonces de darle un lugar, lo cual supone una escritura, unica manera de “no operar en su linea”, para referir a la cita de nuestro epigrafe. Y sera el arte el que ofrezca esa posibilidad. En su acepcion clasica de circunscribir lo real a traves de lo simbolico, el acontecimiento creador puede obrar el milagro de ofrecer una palabra, un gesto para lo innominable del silencio primordial. “No operar en su linea”, supone entonces cercar, bordear, cernir su logica: es hacerlo escritura, es llevarlo al cine. Como en ese pasaje de “El septimo sello”, de Bergman, citado en el excelente texto de Agudelo Ramirez, cuando el caballero medieval que regresa de las cruzadas se interroga: ?Por que, al menos, no me es posible matar a Dios en mi interior? ?Por que prefiere vivir en mi de una forma tan dolorosa y humillante, puesto que yo le maldigo y desearia expulsarlo de mi corazon? ?Sabes? Estoy a punto de llegar a una conclusion. Creo que Dios es una especie de realidad enganosa, de la cual los hombres como yo no podemos desprendernos (...) O en la version de “Teorema”, de Pasolini, comentada agudamente por Amalia Van Aken en su articulo. Alli la figura divina adopta la forma del angel encarnado por el actor Terence Stamp, evidenciando que Pasolini, como Lacan, creen en Dios. Y es esa misma creencia la que paradojicamente los libera de El. En las antipodas, cuando la ex-sistencia de Dios se confunde con las instituciones que lo invocan, tenemos la trama de “Camino”, con la Iglesia Catolica denotando no solo la vida cotidiana de las personas, sino la propia dimension de la fe y, al decir preciso de Mendizabal y Mateo en su articulo, todos los aspectos que la componen. Es justamente ese anhelo de totalidad el que extravia la propia fe. Pero mas alla de estos filmes emblematicos, las figuras de Dios tambien se nombran como destino -la diosa Necesidad, Ananke para los griegos, que junto a Tyche (Azar), pretende explicar aquello que esta por fuera de lo humano. Alli se inscribe la lectura de la contingencia en “Relatos Salvajes”, a traves del documentado estudio psicoanalitico de Frederic Conrod, y, desde un marco teorico diferente, la lectura exhaustiva de construccion de personajes en la filmografia de Xavier Dolan, por Cristina Hernandez-Carrillo de la Higuera y Francisco Javier Ruiz del Olmo. Las distintas lecturas que integran este numero de Etica & Cine Journal nos recuerdan finalmente que el estatuto del inconsciente es etico, y que el Juicio Final, ese ultimo acto del plan de Dios para nosotros sus criaturas, debe ser invertido. Sacarlo del mas alla religioso y ubicarlo en el mas aca del deseo. El postulado de Lacan: “Dios es inconsciente” se ubica alli. El inconsciente es el lugar de inscripcion de nuestras faltas con el deseo, y nos lo hace saber a traves de su insistente emergencia en suenos, sintomas, actos fallidos. ?Para que entonces el recurso al cine? Para enfatizar que lo que hacemos se contabiliza en algun lado: en nuestro inconsciente. Y este nos pide que saldemos las cuentas con el deseo alli donde no atinamos a decidir. No haber arreglado las cuentas con el deseo tiene la consecuencia de una muerte que es previa a la muerte biologica: la muerte en vida al deseo que nos habita, con la condena al infierno de la inhibicion, el sintoma y la angustia. |
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