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La pobreza y la sanidad mantienen una correlación negativa que se dinamiza mediante intervenciones, ya que, al aplicar estrategias para disminuir condiciones de la pobreza como la vulnerabilidad, la falta de oportunidades, los factores de riesgo del entorno, o la escacez de recursos, se logra aumentar en consecuencia la salud, el bienestar, la nutrición, el entorno saludable y la esperanza de vida, todos ellos componentes de la sanidad. De manera similar, las intervenciones en pro de la de salud logran socavar los indicadores de pobreza. La importancia de las intervenciones radica en que, sin ellas, la balanza se inclinará hacia la tendencia más factible: afectación de la salud y aumento de la probeza. En la actualidad, son necesarias intervenciones que deriven en la erradicación y control de un conjunto de 20 enfermedades destacadas por la OMS, varias de ellas infecciosas y tropicales, que afectan en especial a las comunidades más pobres. Desde la concepción en 2015 de los 17 ODS, 7 de estos objetivos permiten enfocar las intervenciones necesarias en cada dimensión de la pobreza, y que a su vez mejoran la sanidad, desde la perspectiva del desarrollo sostenible. Aquí presentamos múltiples iniciativas de actores ciudadanos, privados o multisectoriales, orientadas a revertir la pobreza multidimensional, muchas de con alto potencial de impacto en la nación ecuatoriana. |