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El uso de las tecnologías de la información y de la comunicación conlleva beneficios y perjuicios. Actualmente uno de los riesgos que generan mayor preocupación es el fenómeno del acoso en las redes sociales. A nivel universitario existen pocos estudios que expliquen el impacto individual y escolar del acoso por Internet en las víctimas. Considerando estos antecedentes, el objetivo principal de este estudio fue examinar la cibervictimización y su relación con variables individuales (aceptación percibida y depresión) y escolares (implicación, afiliación y ayuda del profesor), analizando las diferencias en función del sexo, examinando las divergencias entre los grupos que documentaron cibervictimización severa, ocasional y nula, y evidenciando el valor predictivo de las variables individuales y escolares de este fenómeno. Esta investigación fue de tipo explicativa y se utilizó un diseño transversal. La muestra fue representativa, conformada por 662 jóvenes universitarios, 282 hombres (42.5 %) y 380 mujeres (57.5 %), con un rango de edad entre los 18 y 25 años y una media de 19.41 años (DT = 2.43). Se realizó un análisis de correlaciones de Pearson, y se obtuvieron correlaciones significativas entre todas las variables. La prueba t de Student reveló diferencias estadísticamente significativas entre los sexos: los chicos obtuvieron medias más altas en aceptación percibida de la familia, la madre y el padre, así como puntuaciones elevadas en implicación escolar y ayuda del profesor; en cambio, las chicas sobresalen en sintomatología depresiva. En el análisis de varianza se establecieron tres grupos de contraste: cibervíctimas severas, cibervíctimas ocasionales y no cibervíctimas, comparando las variables individuales y escolares; las no cibervíctimas obtuvieron las puntuaciones más elevadas, en comparación con los jóvenes con moderada y severa cibervictimización, en afiliación escolar y aceptación percibida de los amigos, la familia, la madre y el padre. En la variable implicación escolar y ayuda del profesor no hay diferencias en las medias de los grupos de no cibervíctimas y ocasionales cibervíctimas, pero sí de ambos grupos con respecto a las víctimas severas. Además, los adolescentes con severa cibervictimización mostraron una mayor sintomatología depresiva que los jóvenes con moderada y no cibervictimización. Los análisis de regresión confirmaron el valor predictivo de las variables individuales (11.4 %) y escolares (7.0 %) en la cibervictimización. Se confirmó el impacto negativo de las agresiones a través de las redes sociales en la salud mental y en la identidad de las víctimas sin distinción de edad o grado académico. Aunado a ello, se corrobora que el ciberacoso es un fenómeno que debe abordarse sistémicamente, involucrando aspectos individuales, escolares, familiares y sociales, haciendo énfasis en la importancia de la colaboración entre la familia, las autoridades escolares y profesorado. |