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La presencia del interlocutor y la imagen que de él contribuye a forjar el emisor a través de marcas lingüísticas explícitas constituyen elementos clave del discurso político. En este sentido, las formas apelativas de segunda persona desempeñan un papel muy relevante, ya que a menudo refuerzan el enfrentamiento y participan en la creación de la imagen del adversario político y discursivo, y por extensión en la del emisor como contrapartida de este. A partir del debate electoral cara a cara entre Rajoy y Rubalcaba previo a las elecciones de 2011, en este artículo analizamos cómo los pronombres de segunda persona 'usted'/'ustedes' y los vocativos 'señor' + apellido, lejos de manifestar cortesía y utilizarse para atenuar actos amenazadores, como ocurre en géneros cooperativos, se convierten en elementos que vehiculan el ataque y la confrontación en un género no cooperativo. Así, las marcas estudiadas resultan frecuentes y significativas en el debate en la medida en que contribuyen a reforzar el carácter dialéctico y argumentativo de los enunciados en los que aparecen. Los resultados de este debate se comparan con estudios previos de otros debates entre candidatos a la presidencia de España, y ello permite observar que en esta ocasión ha aumentado el número de marcas de segunda persona, lo que indica que la confrontación es muy fuerte. Asimismo, muestra que el candidato del partido en el gobierno, Pérez Rubalcaba, tiene un comportamiento discursivo más propio de quien lidera la oposición. |