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Introducción: la sexualidad, y el consumo de alcohol y drogas en los adolescentes, figuran en la actualidad como uno de los asuntos con mayor prioridad para la salud pública. La preocupación radica en reducir los riesgos de infecciones de transmisión sexual, el virus de la inmunodeficiencia humana y los embarazos tempranos no deseados. Objetivo: analizar las prácticas sexuales bajo el efecto de alcohol y otras drogas, y los riesgos que esto implica, en los adolescentes de la ciudad de Medellín. Métodos: la muestra se estableció mediante método probabilístico aleatorio y por conglomerados. El universo correspondió al número total de estudiantes matriculados en colegios públicos y privados de la ciudad de Medellín de 8vo., 9no., 10mo. y 11no. grados, en el año 2010 (91 857 estudiantes) con edades comprendidas entre los 14 y 17 años. El tamaño muestral incluido fue de 955 estudiantes usando un intervalo de confianza de 95. Se diseñó un estudio descriptivo, transversal para conocer las prácticas sexuales bajo el efecto de alcohol u otras drogas, y los riesgos que corren los adolescentes. Se establecieron frecuencias, porcentajes y asociaciones estadísticas con el programa SPSS, versión 19.0 Resultados: consumir alcohol u otras drogas y tener prácticas sexuales presenta una asociación estadística significativa (p= 0,000). El 62,4 % de los adolescentes que han consumido una sustancia psicoactiva, han tenido relaciones sexuales, frente a un 29,4 % que, habiendo consumido alcohol y otras drogas, no lo han hecho. El alcohol es la droga más usada (79,8 %). Le siguen la marihuana (31,83 %), poppers (8,97 %), la cocaína (7,75 %) y el éxtasis (5,71 %). Las prácticas sexuales más frecuentes bajo el efecto de sustancias psicoactivas son las exploratorias (manoseo, caricias), para un 71,02 %, seguida de la penetrativa vaginal (63,67 %), el sexo oral (45,30 %) y la masturbación (19,59 %). De los adolescentes que tienen prácticas sexuales (N= 561) bajo el efecto de las drogas, el 12,47 % no han usado métodos de protección, y las consecuencias más significativas han sido las infecciones de trasmisión sexual (2,0 %) y el embarazo no deseado (2,8 %). No se encontró asociación estadísticamente significativa (p= 0,711) entre tener relaciones sexuales bajo el efecto de alcohol o estar sobrios, y el uso de métodos de protección. Conclusiones: se constata lo evidenciado en otras investigaciones, sobre la frecuente asociación entre el consumo de drogas y las prácticas sexuales en adolescentes. Lo que aporta de nuevo este estudio, es dar cuenta del tipo de prácticas bajo el efecto de sustancias psicoactivas, muchas de ellas no exentas de riesgo, y reforzar la necesidad de incluir en los programas de prevención para sexo seguro, acciones para minimizar los daños de tener prácticas sexuales bajo el efecto de sustancias psicoactivas. |