Efecto del cambio horario en la demanda de energía eléctrica
Autor: | Mañá Sánchez, Marta |
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Přispěvatelé: | Juan Ruiz, Jesús, Caro Huertas, Eduardo |
Rok vydání: | 2019 |
Předmět: | |
Zdroj: | Archivo Digital UPM Universidad Politécnica de Madrid |
Popis: | Desde hace muchos años, los relojes se adelantan una hora durante el último domingo de marzo. Esta acción da comienzo, durante los 7 meses siguientes, a lo que se conoce como horario de verano. Y es en la madrugada del último domingo de octubre, cuando los relojes se atrasan una hora para recuperar el horario original, el horario de invierno. Esta medida, ideada en el siglo XVIII, se había razonado de forma que, al atrasar los horarios una hora en verano, sería posible aprovechar mejor las horas de luz natural. Esto, a su vez, permitiría alinear las jornadas laboral y solar para, finalmente, reducir el coste de los combustibles empleados en la iluminación artificial. En esa época, el ahorro esperado se reflejaría en una disminución del uso de velas y carbón, sin embargo, actualmente es la energía eléctrica la responsable del alumbrado. De esta manera, si la premisa con la que se creó el cambio de hora es cierta, adelantar los relojes en marzo debería concluir en una disminución de la demanda eléctrica destinada a la iluminación. Recientemente, la realidad de esta cuestión comenzó a despertar interés y empezaron a surgir numerosos estudios que, analizando la demanda de energía eléctrica buscaban responder a la pregunta: ¿de verdad se produce un ahorro energético que justifique el cambio de hora bianual? La aplicación de esta medida viene dictaminada por la Unión Europea para todos los países miembros, y, habiendo diferencia de opiniones entre ellos, la respuesta a esta pregunta hizo abrir un gran debate durante 2018. En los últimos años, muchos países han desarrollado investigaciones con el objetivo de cuantificar la variación que el cambio de hora genera en el consumo eléctrico. En esta línea, los resultados entre ellos han demostrado ser relativamente heterogéneos, y esto se debe, en parte, a la latitud de cada país. La latitud juega un papel esencial en este estudio, puesto que las zonas más próximas al Ecuador tienen las mismas horas de luz natural durante todo el año, mientras que, cuanto más cerca de los Polos, más variación hay entre la duración de la luz solar en invierno y en verano. Por ejemplo, Helsinki pasa de tener 6 horas de sol en invierno a casi 19 en verano. Por esta razón, para los territorios de los extremos el cambio horario no tiene mucho sentido y son, los que se encuentran entremedias, los que pueden beneficiarse de él. Por ello, las conclusiones de los estudios previos realizados en los distintos países son muy distintas. La mayor parte de ellos defiende haber encontrado una disminución de la demanda como consecuencia de esta norma y, oscilando entre el 0 y el 1,5% de la misma, la media de estos resultados sitúa el ahorro en torno al 0,5%. No obstante, también abundan los análisis que concluyen con un ahorro energético nulo e, incluso, con un aumento de la demanda provocado por esta medida. Este Trabajo Fin de Grado se ha planteado con el fin de estudiar más a fondo esta cuestión y, analizando la demanda española histórica, proporcionar una estimación del efecto del cambio de hora en la demanda eléctrica peninsular. |
Databáze: | OpenAIRE |
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