El paisaje histórico de los términos de Tarifa y Algeciras según la toponimia del Libro de la Montería en el siglo XIV

Autor: Pascual Barea, Joaquín
Přispěvatelé: Filología Clásica
Jazyk: Spanish; Castilian
Rok vydání: 2011
Předmět:
Zdroj: El paisaje rural en Andalucía Occidental durante los siglos bajomedievales: Actas de las I Jornadas Internacionales sobre paisajes rurales en época medieval. Cádiz, 1 y 2 de abril de 2009. Ed. E. Martín Gutiérrez (Cádiz, 2011), 107-145
RODIN. Repositorio de Objetos de Docencia e Investigación de la Universidad de Cádiz
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Popis: Estudio de la toponimia del último capítulo del Libro de la Montería del rey Alfonso XI, sobre los montes de los términos de Tarifa y Algeciras a mediados del siglo XIV durante la conquista de Algeciras. Analizamos a través de estos nombres el paisaje de los montes gaditanos más próximos al Estrecho de Gibraltar, situados al sur del río Barbate y al poniente del Guadarranque, desde la Sierra de Retín que surge del Océano Atlántico junto a Zahara de los Atunes, hasta la Bahía de Algeciras en el Mar Mediterráneo. La etimología, formación y significado de estos topónimos permite arrojar alguna luz sobre su verdadero origen y referente, a partir de argumentos lingüísticos y basados en la motivación más verosímil. Diferenciamos los topónimos referidos al paisaje del siglo XIV a través de la lengua castellana, de los que pertenecen a otra lengua y a una época anterior, en la que el paisaje pudo haber sido otro. Se ordenan los topónimos en apartados como la orografía y las piedras, las tierras bajas, la hidrografía, la vegetación silvestre y los cultivos, la fauna salvaje y doméstica, los caminos, los edificios rurales y defensivos, los restos arqueológicos y ruinas antiguas, las aldeas despobladas, y las dos villas. Presentamos nuevas propuestas etimológicas para Facinas (Feçina) de Festiana a partir de su propietario Festus; Oida Corte o Guadacorte como ‘Río Corto’ del latín curtus; Aciscar (açical) como ‘El Afilador’ en árabe, Quebrantaminchos como ‘Rompeconchas’; El Palancar, Almenar, Benarás, Benamacuz, Faya de las Adágaras, Bases, Getares, Escosa, Betis, Cotales, Santa Coracha, Guadaserracín y otros más inciertos. Se explican las acepciones de otros términos como playa (‘costa’), candil (‘faro’), cabeza (‘cabo’), o el referente concreto que probablemente dio lugar a otros topónimos como Sierra de la Plata por decumanus maximus de Baelo; Guadamecil por ‘las mujeres’ esculpidas en el camino junto al río, o Escosa por una senda ‘escondida’. En otros casos precisamos el significado, la acepción y la lengua y época a la que pertenecen. Algunos significados se relacionan con otros similares de topónimos más antiguos de esa misma región. Abundan los orónimos (sierras, montes, cerros, cabezas, mesas, lomos, collados,etc.); terrenos bajos como navas y hoces; los hidrónimos (ríos, arroyos, fuentes, lagunas, acequias, etc.); las zonas cubiertas de matorral (sotos, breñas, matas, jara), arbolado (alcornocal, saucedilla, acebuchal, alisoso), arbustos (madroñal, zarzal) y otras plantas (helecho, arrayán, lentisco, hinojo, ajonjolí); los lugares rocosos de difícil tránsito: tajos, peñas, piedras, guijos, risco, faya, quebrada; los caminos, sendas, puertos, vados y otros lugares de paso, o referidos a la costa (playa, cabos, faro, mar, isleta). La toponimia también atestigua cultivos de viñas y perales, una era y un olivo,unas dehesas, un colmenar, un horno de cal, mezquitas u oratorios, edificios rurales ycerca de diez aldeas probablemente abandonadas, castillejos, torres y atalayas. El único topónimo prelatino deriva del nombre de la ciudad tardía de Belona, la romana Baelo, latinización de *Bailon. Desaparecieron los nombres latinos de Traducta (Algeciras) y de Mellaria (Tarifa), pero pervivió una docena de topónimos latinos, derivados del nombre del propietario romano, de plantas, etc. Los más numerosos topónimos árabes,además de añadir las yeguas como nombre de un río, confirman lo significativo del color verde, y de los mismos referentes que en castellano: ríos, acequias, matorrales, cabos, islas, atalayas, caminos y puertos de montaña, colmenares, cortijos, aldeas, villas y ciudades. Los topónimos castellanos añaden los colores blanco y rojizo a la paleta, y otros muchos referentes que permiten dibujar con mayor detalle este paisaje histórico.
Databáze: OpenAIRE