Los médicos de John Ford: un compendio de ciencia, deontología, heroísmo e idealismo humanista
Autor: | López Fernández, José Luis |
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Rok vydání: | 2013 |
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Zdroj: | GREDOS. Repositorio Institucional de la Universidad de Salamanca instname |
Popis: | [ES] La ciencia biomédica ha estado presente en el cine desde sus orígenes. Con el advenimiento de la micro y la macrocinematografía, el científico pudo recurrir a teleobjetivos, microscopios o endoscopios para registrar en imágenes fenómenos tales como el funcionamiento de los órganos de un ser humano, así como para acelerar o ralentizar procesos cuyo estudio habría resultado de otro modo demasiado complejo. Desde entonces, la medicina ha ocupado las pantallas durante más de un siglo de cine exhibiendo idiosincrasias de muy diversa índole: desde la adopción de una perspectiva meramente científica opuesta a los designios de la fe (Dreyer o Tourneur) hasta aquellos “doctores del terror” que anhelaban, como estipula la tercera ley de Clarke, descubrir los límites de lo posible aventurándose hacia lo imposible (Frankenstein, Moreau, Mabuse o Caligari). En este artículo analizamos comparativamente las peculiaridades de los médicos protagonistas en la obra de John Ford: El doctor Arrowsmith/ Doctor Arrowsmith (1931), Doctor Bull (1933) y Prisionero del odio/ The prisoner of Shark Island (1936), entre las que destaca su sentido de la ética deontológica y su marcado humanismo. Disertamos finalmente sobre otros papeles circunstanciales o de menor enjundia que han aportado médicos al cine de Ford. [EN] Biomedical science has been present in cinema since its origins. With the beginning of micro and macrocinematography, scientists could resort to the telephoto lens, the microscope, and the endoscope to record various phenomena such as the biological functioning of the organs of a human being, as well as accelerating or slowing a number of processes that otherwise would have turn out extremely complex to analyze. Since then, medicine has populated the screens for over a century of cinema, exhibiting characters with idiosyncrasies of very different nature: From the adoption of a purely scientific perspective opposed to faith designs (Dreyer or Tourneur) to those ‘doctors of terror’ that aspired, as stated in Clarke’s third law, to discover the limits of the possible by daring to explore the impossible (Frankenstein, Moreau, Mabuse or Caligari). In this article, we comparatively analyze the peculiarities of those physicians that have played a central role in John Ford’s work: Doctor Arrowsmith (1931), Doctor Bull (1933) and The prisoner of Shark Island (1936), among which their sense of deontologic ethics as well as their noticeable humanism are considered outstanding. We finally report on other minor roles that have also provided Ford’s cinema with doctors. |
Databáze: | OpenAIRE |
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