Determinación de indicadores de gestión en los módulos del Distrito de Riego No. 041, Río Yaqui (Sonora, México)

Autor: Olmedo Vázquez, Víctor Manuel
Přispěvatelé: Camacho Poyato, Emilio, Rodríguez Díaz, Juan Antonio
Rok vydání: 2018
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Zdroj: Helvia. Repositorio Institucional de la Universidad de Córdoba
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Popis: 1. Introducción o motivación de la tesis. En todo el mundo, el empleo del agua y su gestión han sido un factor esencial para elevar la productividad de la agricultura y asegurar una producción previsible. El agua es esencial para aprovechar el potencial de la tierra y para permitir que las variedades mejoradas tanto de plantas como de animales utilicen plenamente los demás factores de producción que elevan los rendimientos. Al incrementar la productividad, la gestión sostenible del agua (especialmente si va unida a una gestión adecuada del suelo) contribuye a asegurar una producción mejor tanto para el consumo directo como para el comercio, favoreciendo así la producción de los excedentes económicos necesarios para elevar las economías rurales (FAO, 2002). La superficie cultivada en el mundo se ha incrementado un 12% en los últimos cincuenta años. En el mismo período se ha duplicado la superficie mundial de regadío, lo que supone la mayor parte del incremento neto de la tierra cultivada. Entre tanto, la producción agrícola se ha multiplicado por 2.5 o por 3, gracias al aumento significativo del rendimiento de los principales cultivos. La agricultura utiliza ya el 11% de la superficie mundial de tierras para la producción agrícola. También hace uso del 70% de toda el agua extraída de acuíferos, corrientes fluviales y lagos. Las políticas agrícolas han beneficiado principalmente a los agricultores con tierras productivas y acceso al agua, pero han marginado a la mayoría de los productores a pequeña escala, que siguen atrapados en una situación de pobreza y extrema vulnerabilidad, degradación de las tierras e inseguridad climática (FAO, 2012). Esta situación de vulnerabilidad, se hace presente en el área de estudio, correspondiente al Distrito de Riego 041, Río Yaqui; ya que más del 85% de la superficie agrícola ha sido rentada o vendida a productores con mayor potencial económico, lo cual ha provocado una situación de desestabilización en los diversos ejidos (sistema de distribución y posesión de la tierra) establecidos en el área agrícola que ocupa el distrito. Los problemas que enfrenta actualmente la agricultura irrigada figura entre las mayores dificultades que sufre la humanidad a nivel global. Hoy se acumulan las evidencias que demuestran que esta clase de agricultura tiene límites ecológicos y no puede enfrentar exitosamente las necesidades crecientes de producción de alimentos porque las disponibilidades de agua se han convertido en un claro factor limitante de sus líneas tecnológicas, especialmente en algunas aéreas pobres del mundo afectadas por la carencia de agua (Toledo, 2002). La FAO (2013), determina que la agricultura, y en particular la agricultura de regadío, están sufriendo cambios muy rápidos y enfrentándose a viejos y a nuevos problemas. Los agricultores de todo el mundo han de adaptarse a un mundo en el que el comercio y la globalización han aumentado velozmente la interdependencia y la interconexión entre la producción y los patrones de consumo de las personas, y en el que el progreso tecnológico ha potenciado la productividad agrícola. La revolución verde y los posteriores progresos agronómicos han ayudado a la producción agrícola a superar el ritmo de crecimiento de la población y a dar de comer a un número de personas en constante aumento con alimentos cada vez más diversificados y de mejor calidad. Pero esto también ha tenido un gran coste a nivel medioambiental. En la mayoría de los casos, el aumento de la productividad de agua (es decir, producir más cosechas o valor por volumen de agua empleado) es la vía más importante para la gestión de la demanda de agua en la agricultura. Esto es posible gracias a la combinación de un mejor control del agua, una mejor ordenación de tierras y mejores prácticas agrícolas. Por otra parte, las inversiones en infraestructuras hidráulicas por sí solas no son suficientes para mejorar la productividad agrícola. Los agricultores necesitan tener acceso a insumos como abonos y semillas, acceso al crédito y a una mejor educación e información acerca del uso de los insumos y de las técnicas más modernas (Unesco, 2015). La FAO (2017), indica que la agricultura se enfrenta a retos complejos de aquí al 2050 para alimentar a una población que alcanzará 9 000 millones de personas. Una certeza, sin embargo, es que se necesitará más agua para producir el 60% de los alimentos adicionales que se calcula serán necesarios. La labor de la FAO en el agua se centra en un uso del agua en la agricultura más eficiente, equitativo y respetuoso con el medio ambiente. La agricultura de riego en México se desarrolla dentro de una gran diversidad de condiciones de clima, suelos, desarrollo tecnológico y factores socioculturales. En 6.2 millones de hectáreas bajo riego, que representan 25% de la superficie cultivada en el país, se obtiene 50% de la producción agrícola nacional (Palacios et al., 2010). El mayor uso del agua en México es el agrícola. Con base en el VII Censo Agrícola, Ganadero y Forestal 2007 (el último disponible a nivel nacional), la superficie en unidades agrícolas de producción fue de 30.2 millones de hectáreas, de las cuales 18% eran de riego y el resto tenían régimen de temporal. Además, México ocupa el séptimo lugar mundial en términos de superficie con infraestructura de riego con 6.4 millones de hectáreas, de las cuales un poco más de la mitad corresponde a 86 distritos de riego, y el restante a más de 39,000 unidades de riego (Conagua, 2015). México, posee aproximadamente el 0.1% del total de agua dulce disponible a nivel mundial, lo que determina que un porcentaje importante del territorio esté catalogado como zona semidesértica (tal es el caso de la ubicación del Distrito de Riego 041, Río Yaqui). Esto implica, también, la necesidad de considerar al agua no sólo como un elemento vital, sino como un factor estratégico para el desarrollo global del país (Agua.org.mx, 2017). En el caso del agua de riego en México, es irracional el desperdicio de este elemento para la sociedad dado el problema de escasez en muchas regiones agropecuarias del país. Además, el problema radica en que el agua de riego se desperdicia a causa del propio sistema regulatorio, el cual pareciera ser muy racional dado el contexto en el que interactúan los usuarios pero que en los hechos provoca serias distorsiones en su utilización (Olivera, et al., 2008). Aunado al rezago en la tecnificación del campo, los problemas derivados de la sobreexplotación de los acuíferos se relacionan con las bajas tarifas que la agricultura paga por la electricidad y por el líquido (González, 2014). El mismo González, 2014, indica que un estudio reciente sobre el mercado del agua agrícola en México describe que son el bajo precio del agua y su indiferenciación respecto a los niveles de disponibilidad y productividad por región, y por productos agrícolas el origen principal del desperdicio y escasez creciente del agua en la irrigación. En los últimos años, la cuenca del Río Yaqui ha enfrentado una fuerte sequía, que ha impactado adversamente el normal desarrollo del distrito de riego. La sequía en esta cuenca se considera como un evento natural de gran peligro, el cual difiere de otros eventos extremos ocurridos en la región, como inundaciones, porque su inicio ha sido muy lento, pero ha evolucionado por espacio de varios años. Esta sequía no causó daños ni a la infraestructura hidroagrícola ni a la población, por lo que no había sido tomada en cuenta en su magnitud real; no fue sino hasta el año agrícola 2002-2003, después de ocho años de bajas precipitaciones, cuando el sistema de presas registró el nivel más bajo de la historia, y se empezó a reaccionar ante este evento climático extremo (Minjares et al., 2009). (Minjares et al., 2010) define que el Distrito de Riego 041, Río Yaqui, será sustentable si al operarlo mantiene su productividad, confiabilidad y resiliencia a cambios inesperados; si es capaz de funcionar efectivamente bajo condiciones de cambios en las aportaciones y las demandas de agua, así como ante los cambios en los objetivos de los productores agrícolas, manteniendo una agricultura segura y rentable a largo plazo, que no degrade el agua, el suelo y otros recursos naturales, de tal manera que las futuras generaciones tengan la misma oportunidad de usarlos de la misma o mejor forma de la que se utilizan hoy en día, manteniendo la equidad en cuanto a la distribución de los costos y utilidades generados en el Distrito. Las pérdidas de agua durante la conducción, en los módulos y distritos de riego, son considerables; aunque dichas pérdidas son significativamente menores en distritos de riego que no colindan con el mar, debido a que el agua pérdida que escurre puede usarse aguas abajo en otro sistema de riego, o bien, recargar los acuíferos. En las regiones costeras, una gran parte de esta agua se pierde en el mar. Parte de estas pérdidas se debe a un manejo deficiente del agua en las redes de distribución, en lo cual influye la falta de una mayor capacitación del personal operativo (Mejía et al., 2002). Ante esto, el riego deberá lograr unas mayores productividades, optimizando al máximo el uso del agua, un recurso que cada vez será más escaso en los próximos años. Este aumento de las productividades, con el mínimo costo posible, deberá, al mismo tiempo, ser respetuoso con el ya deteriorado ambiente, intentando buscar una sustentabilidad en el tiempo que permita a las futuras generaciones seguir disfrutando de los recursos actuales en el mejor estado que sea posible (Rodríguez, 2003). 2. Contenido de la investigación. La investigación se desarrolló para Distrito de Riego No. 041, Rio Yaqui, ubicado en el sur de Sonora, México. En la Tesis se estructura en tres grandes bloques En el primero de ellos se aplican las técnicas de análisis de fronteras de producción no paramétricas, Data Envelopment Analysis (DEA), para determinar la eficiencia en la producción de todos los módulos que componen el distrito de riego. El Distrito de Riego fue afectado por una fuerte sequía que colapsó el sistema hidroagrícola en el ciclo agrícola 2002-2003, donde se estableció únicamente el 29% de la superficie regable. La gestión del manejo de los recursos hídricos en el distrito de riego se ha basado tomando en cuenta la eficiencia del manejo del agua, por lo anterior, en el presente trabajo, se evalúa la eficiencia de riego en los módulos de riego, usando la metodología de Análisis Envolvente de Datos (DEA). El objetivo de la investigación fue identificar la gestión eficiente de riego y conocer hacia donde canalizar las adecuaciones pertinentes en los próximos años agrícolas en la región de estudio, a través de sus desviaciones en relación con los módulos de riego más eficientes. Las comparaciones agronómicas e hidráulicas, se incluyeron en el software Frontier Analyst Professional; con el propósito de precisar la frontera de posibilidades que permite aumentar o igualar a los más eficientes (100%). Los resultados determinaron que el ciclo agrícola más homogéneo en cuanto a eficiencia fue el 2012/2013, oscilando su rango de 86,72% al 100%, indicando que la frontera de posibilidades esta inmediata para la mayoría de los módulos de riego. El ciclo agrícola 2010-2011, fue más heterogéneo en eficiencia, ya que los rangos fluctúan del 62,21% al 100% lo que hace más complejo alcanzar la frontera de posibilidades. En el segundo bloque, se adaptan los indicadores de gestión del riego propuestos por IPTRID (International Programme for Technology and Research in Irrigation and Drainage) a las características del regadío de dicha zona de México. Dichos indicadores se usan para caracterizar los módulos de riego del distrito y son la base del análisis comparativo posterior mediante técnicas de benchmarking. Gracias a este análisis, se determinan con mayor precisión los módulos mejor gestionados y los aspectos a mejorar en los más desfavorecidos. Se analizaron once indicadores de rendimiento y ocho indicadores de eficiencia en productividad. Estos indicadores se caracterizaron permitiendo analizar la expresión de las variables a combinar y medirlas en cuatro años agrícolas. El propósito de este trabajo fue desarrollar una metodología que permita analizar la eficiencia del riego. Por lo que los objetivos fueron: 1) Caracterizar a los 42 módulos de riego mediante indicadores de gestión y la aplicación de las técnicas de benchmarking, con la finalidad de mejorar el riego donde existan deficiencias y 2) Determinar los elementos fundamentales y propósitos que caracterizan el uso eficiente de agua a través de indicadores de gestión que inciden en el área agrícola de estudio. Los resultados para el indicador Suministro Relativo de Agua (RWS), expresa que se está usando agua de riego por encima de lo requerido, y el indicador Suministro Relativo de Agua de Riego (RIS), precisó de manera contundente la aportación de agua en proporción a las necesidades de los cultivos. Por último, el trabajo se complementa con un análisis de competitividad y propuestas de sostenibilidad para la zona regable. La gradual complejidad de los problemas que afectan la competitividad y sostenibilidad del Distrito de Riego No. 041, Rio Yaqui, se manifiestan por una falta de estrategias indicativas, que contribuyan a desarrollar una planeación acorde a sus necesidades. La investigación se realizó utilizando el marco lógico; el cual establece acciones y proyectos necesarios para el buen funcionamiento del distrito; utilizando la metodología de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas (FODA). El objetivo del estudio fue, determinar la importancia del uso eficiente de agua de riego para la competitividad y sostenibilidad, como indicador determinante de permanencia de la actividad agrícola en las áreas regables del distrito de riego. Los resultados permitieron corroborar la hipótesis planteada de desvinculación entre actores (usuarios - productores y directivos), estableciendo estrategias generales de organización, planeación integral, competitividad y productividad, derivadas de objetivos centrales, mientras que los problemas específicos permitieron estructurar proyectos y acciones contempladas en cada uno de ellos. El marco lógico permitió identificar que la mayoría de los módulos de riego presentan una mejora potencial; admitiendo la articulación de esfuerzos de todos los actores en las diferentes etapas de la elaboración del plan estratégico. 3. Conclusión. 1. El Análisis Envolvente de Datos (DEA) estudiado en un área agrícola compacta, con el 96% de riego por gravedad, permitió detectar que, las áreas regadas del Canal Principal Alto y el Canal Principal Bajo son distintas; indicando que la primera área tiene mayor eficiencia debido a que, pese a contar con una menor superficie, el uso del agua de riego es menor. 2. Al realizar el análisis interanual con el DEA en cuatro años agrícolas, se identificó que la eficiencia en el uso de agua de riego depende de las condiciones de gestión de cada uno de los módulos, donde se deben realizar ajustes de superficie sembrada, gestión de volumen de agua y reducción de costos de produccion. 3. Las ineficiencias en los módulos de riego, se deben a: 1) Superficie regada, autorización de siembra por parte de las autoridades y presión de los productores para contar con una actividad económica; 2) Costos de producción, incertidumbre política y económica de la no regulación de precios en los insumos, debido a la paridad del dólar con respecto al peso mexicano y, 3) Volumen de agua, no se regula la venta de agua, debido a intereses económicos y políticos de cada uno de los módulos, ya que cuentan con una dotación volumétrica del recurso asignado por decreto a través de la Comisión Nacional de Agua, teniendo en la mayoría de los casos, una mala gestión del recurso. 4. Al analizar el output (valor total de la producción), la ineficiencia se manifiesta en problemas tales como: precios reducidos de las cosechas; ocasionado en parte por los altos costos de producción y falta de cuidado en la gestión (manejo) del recurso agua por parte de los módulos de riego, y del mismo distrito en su conjunto. 5. Los módulos de riego que llegaron a ser eficientes en las distintas campañas agrícolas, se caracterizan por contar en su superficie sembrada con cultivos de mayor valor económico (hortalizas), a la vez de haber transformado adecuadamente sus inputs. 6. Al analizar el Suministro Relativo de Agua (RWS), se determinó que el distrito se encuentra usando agua de riego por encima de lo requerido, lo cual se traduce en pérdidas de recursos naturales y económicos, que pueden llegar a ocasionar falta de agua en la presa; generando un ajuste drástico como se desarrolló en las campañas agrícolas 2003-04 cuando no se regó ninguna superficie con agua superficial, utilizando solo agua de pozos. 7. Con el indicador Suministro Relativo de Agua de Riego (RIS), se estimaron valores promedio en el distrito de 1,48; 1,34; 1,57 y 1,70 para cada año analizado. Con estos resultados, y en función de los rangos propuestos para el distrito, se aprecia que el año 2011-2012 fue más eficiente que el resto de los años analizados, contando con 26 módulos de riego con promedio del RIS de un riego adecuado. 8. En los indicadores de gestión sobre eficiencia en la productividad, se dio mayor énfasis al indicador Productividad por unidad de agua de riego suministrada, el cual indicó que existen grandes variaciones en cada uno de los módulos de riego en función a su producción por unidad de agua usada, donde el módulo 4-P-8 en el año agrícola 2010-2011 fue más rentable que el resto de los módulos, con un promedio 7,29 pesos por mᵌ de agua usada; determinando que no sembró ni una sola ha de trigo, estableciendo el 67,36% de su superficie con otros cultivos (hortalizas), lo que le llevó a contar con un mayor ingreso económico por ha producida y el módulo 4-P-4 sembró el 75,88% de trigo y fue el menos rentable que resto de los módulos de riego. 9. Se deben tomar medidas con prontitud, ya que en las campañas agrícolas 2013-2014, a través del RIS se precisó que el 88,09% de los módulos de riego contaron con un riego inadecuado, y que en el futuro, se puede tener una gestión del uso de agua de riego equivocada en el distrito para las consecutivas campañas agrícolas. 10. El Marco Lógico identificó a los módulos de riego que presentan una mejora potencial; la cual, deberá realizarse corrigiendo una serie de acciones que se desarrollan interna y externamente mal. Determinando que existe una desvinculación entre actores (usuarios-productores y directivos) en algunos módulos que disminuyen su eficiencia, y competitividad en el uso de agua de riego y actividades complementarias.
Databáze: OpenAIRE