Abstrakt: |
En la última década se han experimentado grandes cambios en los tratamientos de los síndromes linfoproliferativos. A la quimioterapia convencional se suma ahora un amplio abanico de terapias dirigidas con diferentes indicaciones. El objetivo de esta revisión es evaluar el riesgo de infección asociado a estas terapias, así como tratar de establecer unas recomendaciones de prevención. En todos los casos, la enfermedad de base del paciente, así como los tratamientos concomitantes o los recibidos previamente, impactan en el riesgo de infección. Los anticuerpos anti-CD20 (rituximab, ofatumumab y obinutuzumab) se asocian a un mayor riesgo de infección bacteriana, vírica y de reactivación de infecciones latentes, así como a infecciones oportunistas. El alemtuzumab se asocia a inmunosupresión grave y mantenida. El ibrutinib y el acalabrutinib se asocian a infecciones bacterianas, especialmente respiratorias, infección fúngica invasiva e infecciones oportunistas. El idelalisib se asocia a un aumento de la incidencia de neumonía por Pneumocystis jiroveciiy reactivación de citomegalovirus. El venetoclax se asocia a infecciones respiratorias y neutropenia. Los inhibidores de checkpointinmune parecen no incrementar, por sí mismos, el riesgo de infección; sin embargo, el uso de glucocorticoides e inmunosupresores para controlar efectos adversos inmunorrelacionados sí conlleva un aumento del número de infecciones, incluyendo infecciones oportunistas. El brentuximab, la lenalidomida y los inhibidores de la histona deacetilasa no parecen asociarse a un mayor riesgo de infección. Aunque existe poca experiencia en el uso de terapias celulares, se ha observado un mayor número de infecciones en pacientes que han recibido más de 3 tratamientos antineoplásicos previamente, o en aquellos que han requerido tocilizumab o glucocorticoides para el manejo del síndrome de liberación de citocinas. |